jueves, 15 de mayo de 2008

Dios Padre habla después de la dedicación de una capilla en honor a la Reina del Rosario de Fátima por Su mensajera Ana.

Durante el Santo Sacrificio, la cruz de Cristo se volvió toda roja y la sangre fluyó de la herida del costado. Un poquito, Jesús aflojó Sus manos de la cruz durante la consagración y quiso tomar a Su hijo sacerdote en Sus brazos. Los ángeles se inclinaron profundamente y adoraron hablando. El manto de la madre de Fátima se ha vuelto azul claro y la corona brilló en oro. Un enorme rayo emanó de su rosario. Ella desea ser venerada aquí como la Reina del Rosario de Fátima.

San José brilló en oro y el Niño Jesús bajó de su pedestal, tomó la corona de espinas en su mano derecha y nos bendijo uno por uno. Una gran corriente de gracias ha fluido de esta estatua, especialmente de la Santísima Madre. También ella nos bendijo uno por uno y sus ojos se hicieron más grandes y oscuros y se veía bastante triste. El sacerdote fue sumergido en oro durante toda la Santa Misa de Sacrificio. La sangre goteaba del corazón de la estatua del Sagrado Corazón y de ambas manos.

Queridísimo Padre Celestial, te ruego que des bastantes bendiciones aquí en esta capilla, para que sea fructífera para este lugar y el área circundante. Exude tu amor sobre estas personas para que tengan la fuerza de seguir tu plan una y otra vez y de cumplir solo tu deseo y voluntad.

El Padre Celestial ahora dice: Mis amados hijos, he llamado y llamado a ustedes aquí a este lugar. Ustedes también son mis elegidos. Durante mucho tiempo he mirado hacia ustedes y en este tiempo los he preparado para esta Santa Casa Capilla. Sí, fue Mi deseo que fuera consagrada a la Reina del Rosario de Fátima a través de Mi santo hijo sacerdotal que celebró aquí Mi Santo Sacrificio en todo respeto.

Mis amados hijos, les hablo a ustedes hoy y no a Mi Hijo. El tiempo se apresura. Proporcionaré varios lugares más para esta iglesia de emergencia y casa iglesia. Cosas malas vendrán sobre toda la humanidad. Por eso mi madre se ve tan triste hoy. Ella ve todo el sufrimiento del mundo. Sus lágrimas corren por dentro y ella entierra todo su sufrimiento. Nunca ha estado tan triste como durante este tiempo. ¿Cuántas veces me ha retenido, el Padre Celestial, de este evento? Pero ahora ella pide, mis hijos, ella pide que este evento llegue y mi hijo también me pide.

Mi tiempo se ha cumplido, Mis hijos y Mis iglesias consagradas a Mí están vacías. El Tabernáculo ya no está conectado con la presencia de Mi Hijo y esto significa que poderes malignos han entrado en Mis templos. No vayan más a estas iglesias. También allí sucederán cosas malas y quiero evitar que tengan que experimentarlo.

Yo, el Padre Celestial, amo tanto a Mis hijos que he enviado a Mi Hijo a la tierra para redimir a la humanidad. ¿Cuántas personas no han aceptado esta obra de redención? ¿Cuántos sacerdotes se han perdido? Por lo tanto, Mis hijos, he decidido que esta habitación sea consagrada a Mi capilla por Mi hijo sacerdotal. Él es elegido por mí. No es él quien ha elegido, yo lo he elegido. Él solo cumplirá mis deseos, y estos a menudo no están en su voluntad.

Mis hijos, no pidan Mi plan y voluntad. Tómenlo. Practiquen la devoción total cada vez más profundamente. Hay mucho que no reconocerán y no comprenderán. Desde que Satanás ha invadido Mis templos, habrá un gran caos en estas iglesias. Muchos de Mis amados hijos de sacerdotes no se convertirán, y se confundirán. Yo, como Padre Celestial, quería evitar esto y en Mis instrucciones y mensajes he advertido a estos sacerdotes que regresen a Mí en la Trinidad. Todavía no me han obedecido y Mi diputado, sí, ya no son católicos.

Crean, Mis hijos, que el sufrimiento es tan grande que necesito su consuelo. ¿Cuánto me alegro de que me obedezcan? Practiquen Mis Pasos en detalle y vayan paso a paso el último camino. Será pedregoso, pesado y doloroso para ustedes. Pero sin estos pasos no están completamente protegidos. Solo entonces la gran protección puede mantener todo el mal lejos de ustedes, cuando cumplan completamente mi plan, mi plan en su totalidad. Miren a Mi Santísima Madre. Ella estuvo bajo la cruz y los precedió con el sufrimiento más severo. Ella también podrá consolarles, y ella es la única madre que los entenderá.

Aléjense de los hombres que no harán Mi voluntad. Es necesario para ustedes. Todavía pueden decidir en libertad. Ustedes, mis elegidos aquí, me han declarado su voluntad de que seguirán Mis pasos en su totalidad. Les agradezco por esto, por esta disposición, por este gran amor que me traen. Grandes regalos les esperarán. No es solo el tiempo de la purificación, sino el tiempo de la nueva fundación de Mi Única, Santa, Católica y Apostólica Iglesia. Sí, Mis hijos, han oído correctamente, el Padre Celestial ahora les da las últimas instrucciones.

Soy uno con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo Ustedes también se convertirán en uno con nuestra voluntad. Esta es una gran tarea para ustedes, pero también una gran gracia. Y la gracia significa responsabilidad. Permanezcan en esta responsabilidad para los demás. Oren y perseveren, sacrifiquen y expíen estas muchas ofensas hechas a Nosotros, Nosotros de la santidad suprema en la Trinidad de Dios.

Muchos sacerdotes han pecado contra el Espíritu Santo de Dios, han pecado gravemente, y se hundirán en el abismo para toda la eternidad a menos que se les conceda una conversión completa. Hasta ahora, Mis hijos, los sacerdotes y también los obispos no se han convertido.

Deseo de ustedes, Mis amados, que han puesto esta capilla a mi disposición para que pueda estar con ustedes siempre, día y noche, que aprecien esta gracia y este honor. Dejen que otros también se beneficien de ella. Quiero mantener todo el mal lejos de ustedes. Tengan mucho cuidado de no dejar entrar a nadie que no pueda y no quiera seguir estos pasos.

Los amo, Mi amada familia, que me reciben por amor a todo el cielo. Y ahora quiero bendecirlos y fortalecerlos en la Trinidad de Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.

La Santísima Madre nos bendice por nuestra despedida. Los amamos con todo nuestro corazón y nos gustaría cumplir su deseo. Amén.