jueves, 19 de marzo de 2009

Fiesta de San José, Esposo de la Santísima Virgen María.

San José habla a través de Su instrumento Ana.

San José habla: Yo, San José, hablo ahora a través de Mi voluntario, obediente y humilde hijo e instrumento Ana. Ella solo habla Mis palabras, y nada proviene de ella. Ustedes, Mi amada comunidad y ustedes elegidos, quiero hablarles, porque el Padre celestial Me ha elegido para ello. Estas son palabras importantes para ustedes. Por favor, tómenlas a corazón porque les serán útiles en su camino sagrado.

Soy el Patrono de la Iglesia Santa, Católica y Apostólica. También Me duele mucho que esta iglesia esté siendo destruida por los rangos superiores. Los poderes satánicos están en obra y están furiosos contra esta Santa Iglesia. Soy un intercesor para ustedes, porque se Me ha dado un gran poder de intercesión por el Padre Celestial. Apóyense en Mi santidad, porque el Padre Celestial les concederá en esta última etapa todo lo necesario para su salvación.

Con cuánto amor nutrí y cuidé al Niño Jesús, porque fue obediente a Mí incluso aunque yo era solo Su padre adoptivo. Queridos hijos, la obediencia es tan importante. No deben ser obedientes a alguien que no practica la obediencia él mismo. Obedezcan al Padre Celestial, quien una vez más les da abundantes gracias. Este amor es como una planta que deben tratar con cuidado y amabilidad para que no se marchite.

Siempre he cultivado el amor por la Santísima Virgen María, Mi esposa encomendada a Mí, a quien el Cielo ha elegido. Ella permaneció en pureza, y nunca salió una palabra maliciosa de su boca. Siempre fuimos uno, porque ella siempre estuvo conectada con el Hijo de Dios. La conocí con todo el respeto.

Si el Padre Celestial Me hizo conocer Su voluntad, he puesto Su voluntad en acción sin reservas. Obedezcan incluso los deseos más pequeños del Padre Celestial, y permanecerán en la verdad.

También soy el patrono de la familia. Si una familia se confía a Mí, estaré a su lado, especialmente en la pureza. Velaré por ella, para que no caiga en pecado grave. Cuántas pocas familias hoy en día aún viven en pureza en su matrimonio. Si Me invocan, estaré a su lado, porque quiero ver familias santas de nuevo y niños nacidos de ellas, de los cuales se llamen santos sacerdotes. También los moribundos deben invocame; los acompañaré en su último camino y los ayudaré a una buena hora de morir.

Siempre estoy en contacto con la Esposa del Espíritu Santo en el cielo. ¿Por qué Me llaman tan raramente? Estoy esperando sus peticiones. Si supieran qué gran poder el cielo Me ha dado para ayudarlos, Me llamarían mucho más a menudo. Puedo poner una gran hueste de ángeles a su lado cuando estén en gran necesidad.

Mi amada comunidad, ustedes Me rezan todos los días después de la Santa Misa de Sacrificio. Por esto les agradezco. Cada invocación a Mí contiene grandes gracias, que se les conceden además. Y ahora los bendigo en el amor del Dios Trino, en nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén. Llámame con frecuencia y permanezcan fieles al cielo!