Mensajes a Ana en Mellatz/Goettingen, Alemania
miércoles, 15 de abril de 2009
Después de la vigilia de expiación, la Santísima Madre habla por la vida no nacida en la capilla de la casa en Göttingen a través de Su instrumento Anne.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Los ángeles vestidos de blanco flotaban en multitudes durante la vigilia de expiación y llevaron estas pequeñas almas con ellos. Llevaban coronas blancas con pequeñas perlas y diamantes brillantes en sus cabezas. Eran definitivamente más pequeños que los ángeles.
Nuestra Señora dice: Yo, vuestra queridísima Madre de Dios, hablo hoy a través de Mi instrumento voluntario, obediente y humilde Anne, quien repite Mis palabras. Amados hijos del Padre, Mis amados hijos de María, vosotros elegidos y sus mensajeros, hoy quiero agradeceros por haber ido a esta Vigilia a esta ciudad. Ángeles y pequeñas almas os acompañaron en multitudes.
Rezando el rosario habéis entrado en esta ciudad pecaminosa. Todo mal fue mantenido alejado de vosotros por el Santo Arcángel Miguel. Las pequeñas almas os miraban y se agruparon en la casa del doctor que todavía está realizando estos abortos, estos asesinatos de los pequeños embriones.
Mis amados hijos, habéis rezado el rosario y expiado para acompañar a estas pequeñas almas del cielo al cielo. Os miraron con gratitud, porque a través de vuestra oración y sacrificio se les permitió entrar en el cielo y ver la gloria de Dios. Yo también los acompañé. He ido por delante de este grupo de ángeles como Guadalupe, Fátima y Schoenstatt Madre de Dios.
Mis queridísimas madres, vosotras que queréis cometer un asesinato de la vida no nacida, considerad de antemano si realmente podéis llevar a cabo este asesinato. Es y sigue siendo un asesinato. El Dios amoroso es el creador de todas las cosas y de todas las personas. Él os ama y ama al niño no nacido en vosotros. Él quiere salvaros de este asesinato. Miradle. Estad bajo Su cruz y miradme, vuestra Madre Celestial.
Quiero protegeros porque os amo y tengo que soportar todo este sufrimiento con vosotros. Conozco vuestro sufrimiento que os oprime. Quiero deteneros de hacer esto. Por lo tanto, venid a mí. Quejadme vuestras preocupaciones, por qué este niño no nacido en vosotros no puede vivir. Os ayudaré pidiendo a las huestes angelicales que os protejan de esta calamidad, porque nunca, mis queridísimas madres, seréis felices después. Nueva vida nace en vosotros y eso es parte de vosotros. ¿Cómo seréis alguna vez felices después de este asesinato? ¡No!
Una y otra vez Mis hijos en muchos lugares van a esta vigilia para rezar por vosotros para que tengáis la fuerza de no querer hacerlo. Voluntad y fe son importantes, mis queridísimas madres. Si creéis en el Dios Trino, en vuestra Madre Celestial, la Inmaculada, que dio a luz al Hijo de Dios, entonces no podéis dejar que esto os suceda. ¡Volved atrás! Arrepentíos y sacrificad vuestro sufrimiento!
Vuestro hijo nacerá cuando os volváis a mí como vuestra Madre Celestial que os ama y que también ama al niño no nacido en vosotros. Yo también soy vuestra Madre, especialmente vuestra Madre Celestial, que pedirá Poder Divino, que enviará al Arcángel Miguel y a muchos otros ángeles para protegeros y asistiros. Amad la vida naciente en vosotros, ¡porque es una criatura de Dios que crece en vosotros!
Vuestra queridísima Madre ahora os bendecirá con la Santa Multitud de Ángeles, con muchos otros santos, especialmente con vuestro queridísimo Padre Pío, especialmente con San José, en la Trinidad de Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén. Seguid protegidos. ¡Vivid el amor! Sed valientes, valerosos y convertíos en pequeños luchadores por el reino de los cielos! Amén.
Alabanza y gloria sean sin fin, Jesucristo en el Santísimo Sacramento del Altar. Amén. Alabado sea Jesús, María y José por siempre y para siempre. Amén.
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