miércoles, 20 de mayo de 2009

Después de la vigilia de expiación, la Santísima Madre habla por la vida no nacida en Göttingen a través de Su hija y herramienta, Anne.

Sobre la clínica de aborto vi una multitud de ángeles vestidos de blanco, la Santísima Madre de Guadalupe y las pequeñas almas con coronas blancas sobre sus cabezas. Perlas y diamantes blancos estaban engastados en estas coronas. Un arcoíris apareció sobre nosotros a pesar del brillante sol. Alrededor de este arco federal se podían ver muchas cabezas con las coronas blancas. Además, vimos dos estelas de condensación de aviones que formaron una cruz justo encima de nosotros.

La Santísima Madre ahora dice: Les saludo, Mis amados hijos de María, quienes han asumido estas grandes tensiones y han entrado en la ciudad de Göttingen para hacer expiación, rezando el rosario, hasta esta clínica de aborto. Ha sido una bendición para la gran multitud de pequeñas almas que acompañaron la expiación con resplandor y gratitud. Inmediatamente se les permitió entrar en la gloria de Dios y Yo, la Santísima Madre y los ángeles, los acompañamos. Gracias por todo el esfuerzo que han puesto en esta vigilia el tercer miércoles de cada mes.

Sobre todo, han orado por las muchas madres que ya han hecho matar a sus hijos y están en gran necesidad. Continúen orando por ellas para que tengan conocimiento y hagan una confesión penitente. Queridas Madres, acudan a Su queridísima Madre Celestial, quien les transmite las corrientes de gracia para que puedan comenzar otra vida. Profundizaré su remordimiento para que nunca más maten a un niño. Soy su madre que les confortará en su vida futura. Bauticen a su hijo no nacido y denle un nombre y pidan perdón por haber caído en esta angustia. Les recibirá agradecida cuando regresen a casa, y toda la carga del pecado llegará a su fin.

Cuántas madres son incrédulas y no tienen la gracia de creer en la continuación de la vida en el cielo. Oren especialmente por ellas, para que el Espíritu Santo les inspire a recibir el flujo de gracia de la fe.

El Santísimo Arcángel Miguel una vez más ha detenido todo mal de ustedes. Muchas personas han admirado su testimonio de la fe sin temor a los hombres, por arrodillarse y cantar y orar en voz alta en público. No crean que esta vigilia permanecerá infructuosa. Yo, la Santísima Madre, he encontrado muchos corazones preparados en los vehículos que pasaban y los he bendecido.

También han conocido a algunas madres que querían dar este difícil paso hacia la clínica de aborto y fueron detenidas por sus pancartas. Todo se gestiona desde arriba. Solo crean en la omnipotencia de Dios y serán colmados con dones que nunca recibirían en su vida terrenal. Yo, su queridísima mamá, les pediré todo si me llaman como su intercesora.

Oren además para que el dogma sea proclamado pronto por la Iglesia, ya que quiero ser venerada como Corredentora, Mediadora de la Gracia y Abogada, como desea el Padre Celestial.

Manténganse firmes, Mi amada pequeña grey, que da tanta alegría al Padre Celestial en la Trinidad y a Mí, como la Madre Celestial. Puedo continuar acompañándolos y guiándolos en este camino pedregoso para que caminen sin vacilar en el seguimiento de Mi Hijo. Así ahora los bendigo en la Trinidad de Dios con todos los ángeles y santos, en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén.