Mensajes de diversas orígenes

 

martes, 12 de agosto de 2025

La Santa Misa Católica

Mensaje de Nuestro Señor y Dios Jesucristo a la Hermana Beghe en Bélgica el 11 de agosto de 2025

 

Mis queridos, Mis amados,

Sed benditos, vosotros que estáis muy cerca de Mi Sagrado Corazón. Os amo tanto que no ceso de renovar Mi Sacrificio en la Cruz en vuestra vida cotidiana. En cada Santa Misa, Me ofrezco a Mi Padre celestial por vuestra salvación, en todas las penurias, sufrimientos y crueldades de Mi Pasión y de Mi Cruz.

La Santa Misa es la renovación incruenta de Mi Sacrificio, pero ¿qué significa eso? ¿Significa que en el altar de vuestra iglesia todo es incruento, todo es tranquilo, todo es repetitivo, aburrido para unos, impaciente para otros por terminar? Hijos míos, si vuestros ojos pudieran ver lo invisible, Me veríais en Misa llevando Mi Cruz por el largo camino del Calvario. Me veríais a lo largo de los acontecimientos que Me llevaron desde el Huerto de los Olivos hasta Mi Resurrección, pasando por todas las fases de Mis sufrimientos y humillaciones: Mi flagelación, Mi coronación de espinas, Mis caídas, Mis laceraciones, Mi desnudez, Mis manos y pies traspasados y clavados en el madero de la Cruz, Mi suspensión con los brazos abiertos para atraeros a todos hacia Mí, Mi sed de vuestro arrepentimiento, Mi muerte en plena conciencia, y luego, lo que no se vio, el ataque a Mi Alma de todos los demonios del infierno, su abrazo odioso, su furia hiriente, maloliente y angustiosa.

Mi batalla espiritual fue ganada y Me levanté de sus garras lacerantes y de su hediondo aliento, y elevándome hacia la tierra para resucitarme, pasé por el «infierno», la morada de las almas después de la muerte, unas más oscuras que otras, y abrí entonces el purgatorio a las almas destinadas a entrar en Mi Paraíso pero aún no purificadas.

En efecto, hasta que Me ofrecí a Mi Padre para la salvación de las almas, el mundo invisible no ofrecía ningún ámbito cristiano para la satisfacción de los pecados, y el Paraíso estaba vacío. El Limbo de los Justos, también llamado Limbo de los Patriarcas, era una zona de creyentes en Yahvé que esperaban su liberación, pero el Señor Jesús, Yo que os hablo, aún no había revelado el misterio de la Santísima Trinidad; y toda alma que entra en las esferas cristianas del mundo invisible -el Purgatorio y el Paraíso- debe haber jurado fidelidad al Misterio de la Santísima Trinidad, el Dios único en Tres Personas, según el símbolo de San Atanasio (siglo VI) ( https://srbeghe.blog/prieres/ n° 17), que comienza así:

Quien quiera salvarse debe, ante todo, mantener la fe católica; si no conserva esta fe intacta y sin adulterar, perecerá eternamente.

Meditad, Mis queridísimos, Mis amados, Mis dulces hijos del Padre Celestial, meditad sobre estas palabras tan claras, inequívocas, pero también inflexibles. Meditad sobre estas dos palabras: «intacta» y «no adulterada». ¿Acaso ciertos católicos, erróneamente llamados «recalcitrantes» o “fundamentalistas” por quienes aprecian la modernidad y el cambio en la Iglesia, no tendrían más bien la santa y fiel voluntad de conservar la enseñanza del Hijo de Dios y del Hijo del Hombre «no adulterada» e «intacta»?

¿Lo que fue enseñado por Jesucristo y, siguiéndole, por la Santa Iglesia Católica durante siglos, debe acompañar a los tiempos modernos con sus excesos, impiedades y desviaciones, o más bien debe permanecer arraigado en su «inviolabilidad» e «integridad»? Formular la pregunta es responderla.

Mis queridos hijos, huid de las novedades introducidas en el culto divino. El hombre cambia, pero Dios no cambia. Volved al culto divino de todos los tiempos, tal como fue concebido y confirmado a lo largo de los siglos -irrevocablemente codificado por el Concilio de Trento y por la Bula «Quo Primum Tempore» (1570) del Papa San Pío V- para que, fieles al Símbolo de San Atanasio, deseéis salvaros manteniendo la fe católica sin adulterar e íntegra.

Pero a aquellos de vosotros que, de buena fe pero desinformados, pensáis que la autoridad del Papa Pablo VI estaba justificada para cambiar el rito de la Misa, os cito un pasaje importante de esta Bula de San Pío V:

Por esta constitución, que es válida a perpetuidad, hemos decidido y ordenamos, bajo pena de Nuestra maldición, que nunca se añada, quite o cambie nada en el Misal que acabamos de publicar.

E incluso, por las disposiciones del presente documento y en nombre de nuestra autoridad apostólica, concedemos y otorgamos que este mismo Misal pueda seguirse íntegramente en la Misa cantada o leída, en cualquier iglesia que sea, sin ningún escrúpulo de conciencia y sin incurrir en ningún castigo, condena o censura, y que pueda usarse válida libre y lícitamente, y esto a perpetuidad (...) Ningún sacerdote o religioso podrá ser obligado a celebrar la Misa de otra manera que la que hemos establecido, y nadie podrá jamás, en ningún tiempo, obligarlos o forzarlos a abandonar este Misal o a derogar o modificar la presente instrucción, sino que permanecerá vigente y válida, en toda su fuerza (...).

Y Yo, Dios, afirmo que esta Bula permanece a perpetuidad en toda su fuerza y vigor, y nadie puede legítimamente reprocharos que permanezcáis fieles a la Misa llamada «tridentina» (así llamada a causa del Concilio de Trento), o «tradicional» porque siempre se ha dicho, y principalmente desde San Gregorio I, conocido como el Grande, en el siglo VI.

Y Yo, tu Señor, te doy Mis gracias para que Me sigas, Me seas fiel y Me ames. Os bendigo en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo †. Amén.

Tu Señor y tu Dios

Origen: ➥ SrBeghe.blog

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