lunes, 7 de junio de 2010

¡Urgente Llamada a la Humanidad!

¡Orad y Velad Conmigo, pues la Hora de la Traición está Cercana!

Hijos Míos, que mi paz esté con vosotros y permanezca siempre. Orad y velad conmigo, pues la hora de la traición está próxima. Mi Iglesia será purificada y de esta purificación renacerá una nueva Iglesia, humilde, pobre, llena de caridad y fiel a Mi doctrina y Mi Evangelio. Será como la Iglesia de los primeros cristianos; ya no habrá más cizaña para corromperla, ni más impureza e infidelidad para pervertirla. Los días venideros serán de crisis dentro de Mi Iglesia, habrá divisiones y separaciones entre obispos y cardenales, y todo esto desatará un cisma eclesiástico; conoceréis a los traidores, aquellos que con sus ideologías contrarias a la fe y la doctrina, han socavado los cimientos de Mi Iglesia, y hoy como Judas, la entregarán al poder de Mi adversario. El caos se apoderará del mundo católico entero; millones de almas se perderán a causa de este escándalo; la fe de muchos se verá sacudida y Mi Iglesia parecerá colapsar; pero Mi Madre y Mi amado Miguel, la sostendrán para que las puertas del infierno no prevalezcan contra ella. Ataques vendrán de todos lados y los enemigos de Mi Iglesia harán un gran despliegue de esta noticia. Pero de esta purificación surgirá una nueva Iglesia, firme como la roca, que preparará y allanará con Mi pueblo fiel el camino para Mi próxima venida. No temáis, hijos Míos, todo esto debe suceder, todas Mis criaturas serán purificadas y Mi Iglesia no será la excepción. Las fuerzas del mal lideradas por Mi adversario profanarán Mi Santuario y la sede de Mi Pedro será ocupada por el falso profeta (Segunda Tesalonicenses 2, 3,4) "Donde esté el cadáver, allí se juntarán los buitres (Mt. 24, 28). El sello está a punto de ser levantado (Daniel 12:9) y el tercer secreto de Fátima está a punto de ser revelado; la traición y la crisis dentro de Mi Iglesia traerán como consecuencia un colapso espiritual, peor que la explosión de una bomba nuclear. Millones de almas perderán la fe y adorarán al falso Mesías, siguiendo su doctrina de engaño. Mi corazón será nuevamente atravesado por la lanza de la traición; estoy abrumado de dolor y lágrimas de sangre corren por Mis ojos, al ver tanta ingratitud y traición de aquellos que pretendían ser Mis parientes; que juraron ser leales a la doctrina de Mi Iglesia y Mi Evangelio, y hoy como Judas Me traicionan. El Cielo está triste, Mi Madre, Mis Ángeles, Mis Apóstoles, Mis Discípulos, Mis Mártires y otras Criaturas Celestiales, llorarán conmigo cuando vean la ingratitud de Mi pueblo aquí en la tierra. Mis hijos predilectos e hijos de Mi Madre, que se dejaron seducir por Mi adversario, que como los sumos sacerdotes y escribas entregarán Mi Iglesia, que soy Yo, al destino de los impíos. Una vez más Mis palabras se cumplen: "Los enemigos del Hijo del Hombre son sus propios parientes". Hijos Míos, orad por Mis cardenales, obispos y sacerdotes, fieles a Mi doctrina y Mi Evangelio, porque su Calvario está a punto de comenzar. La sangre de Mis mártires de estos últimos tiempos, será Mi Sangre con la cual purificaré Mi Iglesia, para que vuelva a ser un campo floreciente y nunca más crezcan las malas hierbas. Preparaos pues, hijos Míos, para que la hora de la purificación de Mi Iglesia está a punto de comenzar; de nuevo os digo, orad y velad conmigo, para que no caigáis en tentación; pues el espíritu está presto, pero la carne es débil (Mt. 26:41). Soy vuestro Maestro, Jesús de Nazaret, el Amado, que no es Amado.