Martes, 17 de junio de 1997

Cuando llegué a la capilla, Nuestra Señora estaba junto al tabernáculo esperando. Ella dijo: "Ven, hija mía, siéntate conmigo. Hoy estuve contigo en la tienda. Esperaba que vieras la analogía entre la energía eléctrica y la luz del Amor Santo que traigo a las almas." (Estuve en una tienda grande antes. Hubo un corte de energía y las luces auxiliares se encendieron.) Nuestra Señora continúa, "Algunas almas - muchas almas - tienen solo una pequeña luz dentro de ellas. Puede que sean buenas personas en algunas circunstancias, pero no intentan conscientemente vivir en el Amor Santo para agradar a Dios. Sus buenas obras se desperdician cuando las realizan para la aprobación humana o por autosatisfacción. No puedo comunicarte a nivel humano lo agradable que es para Dios cuando realizas actos de amor por amor a Él. No importa lo grande o pequeño que sea el acto de caridad. Lo que cuenta es la cantidad de Amor Santo con la que lo realizas."

"Algunos pasan la vida solo buscando satisfacerse a sí mismos. Anhelo encender la luz del Amor Santo en sus corazones y en sus vidas. El Amor Santo nunca está mal y hace que todas las acciones sean valiosas. Te estoy bendiciendo."