Domingo de Resurrección

"Soy tu Jesús, nacido Encarnado. Hoy estoy resucitado. ¡Aleluya! Estoy resucitado siempre en los tabernáculos del mundo. Soy victorioso incluso ahora en los corazones que abrazan las verdades eternas del Amor Santo y Divino. ¡Aleluya!"

"He venido a tu medio una vez más para ayudarte a ver que la Humildad Santa y el Amor Santo deben estar siempre unidos en el alma para que el alma esté unida al Amor Santo y Divino. Uno no existe sin el otro. Si uno de estos--ya sea humildad o amor--se debilita, ambos se debilitan. Aprende a poner a los demás primero entonces. Ten preocupación por las necesidades de los demás. Considera tus propias necesidades lo último de todo. Haz todo por amor de Dios--amor al prójimo. Guarda ferozmente tu corazón para evitar la búsqueda egoísta en pensamiento, palabra y obra. No seas celoso de la reputación, sino busca solo apelar a Mí en pequeñez. Te daré todo--todo lo que necesitas. Ven a Mí como un niño pequeño."

"Cada necesidad de esta Misión está en Mis Manos, desde el amanecer hasta el atardecer. Gran parte de lo que he predicho está a punto de suceder. Estaré allí contigo. ¡Aleluya!"