sábado, 22 de julio de 2006

Sábado, 22 de julio de 2006

Mensaje del Obispo Ignatius Horstmann dado a la Visionaria Maureen Sweeney-Kyle en North Ridgeville, EE. UU.

"Soy yo--Ignatius (Ignatius Horstmann, Obispo pasado de Cleveland). Alabado sea Jesús."

"Una vez más vengo a ofrecer instrucción sobre el Purgatorio. El corazón en el momento del juicio es juzgado según su parecido al Corazón de Jesús, que es Amor y Misericordia perfectos. Cualquier cosa que esté en el corazón en ese momento que obstruya el amor y la misericordia debe ser purgada, para que el amor y la misericordia sean llevados a la perfección. Entonces el alma es digna de compartir el Cielo con su Salvador. Aquí una vez más, estoy hablando, no de transgresiones serias, sino más bien de actitudes."

"Los rencores son la actitud principal que retiene al alma en su progreso espiritual en esta vida, y lo detiene en el Purgatorio en la siguiente. El Corazón de Jesús es perdón; por lo tanto, el alma necesita esforzarse por perdonar siempre. Culpar es un síntoma de falta de perdón. La psicología moderna se alimenta de esto al animar a los niños a culpar a sus padres por todas sus fallas o a sus cónyuges por sus errores. Se necesitan grandes pasos en la Santa Humildad, que es la Verdad misma, para superar este patrón de pensamiento en esta vida. Pero el corazón humano, para asumir el Corazón del Amor Divino, debe estar investido en el perdón. Solo de esta manera puede el alma evitar largas horas, incluso años, en el Purgatorio."

"Volveré."