sábado, 22 de septiembre de 2007

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡La paz esté con ustedes, queridos hijos, la paz!

Soy su Madre y deseo que todos ustedes estén siempre dentro de mi Inmaculado Corazón. Oren, oren, oren para permanecer dentro de mi Corazón. Aquí en mi Corazón encontrarán paz, felicidad y la gracia de Dios. Sean de Jesús renunciando a cualquier y todas las imperfecciones, confesando y recibiendo la Comunión.

Hijos míos, Dios los llama a la conversión, a vivir el amor con todos. Sean del Señor llevando sus sagradas palabras a sus hermanos, pero vívanlas primero.

Aquellos que pertenecen a mi Hijo Jesús y a mi verdadero hijo dejan atrás todas las cosas malas. Ya les he dicho que no pueden iluminar a otros que viven en la oscuridad y se dejan cegar por los errores que se propagan en el mundo.

Hoy, ¿cuántos son aquellos que afirman ser de Jesús, pero aceptan todas las enseñanzas erróneas y doctrinas demoníacas que se propagan en el mundo? No, queridos hijos, no acepten estas enseñanzas y doctrinas. Obedezcan, acepten y vivan lo que la Iglesia, en la persona del Papa, les enseña. Mi Papa les ha pedido recientemente que amen y defiendan las verdades y la Iglesia de mi Hijo, que es Católica.

Quien no ama la Iglesia de mi Hijo y no es fiel y obediente a ella, siempre caminará en la oscuridad. Por lo tanto, sean hijos de Dios y de la Iglesia, y no hijos de la oscuridad y del mundo. Aban sus corazones a mis llamados, y siempre caminarán por caminos seguros. Los amo y quiero su bien, así que les digo estas palabras maternales, palabras de amor que vienen de mi Corazón de Madre que ama a Dios tanto. Amen a Dios, hijos míos, y no se arrepentirán. Sean Suyos y tendrán todo en sus vidas y la vida eterna. Los bendigo: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!