jueves, 4 de octubre de 2007

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

Hoy, la Iglesia está celebrando a San Francisco de Asís. Estaba solo en un cierto lugar, cuando de repente escuché la voz de San José quien me habló. No esperaba esto y este hecho me sorprendió mucho. Él me dijo:

Hoy, deseo decirte este mensaje que habla sobre mi nacimiento. Quiero que entiendas lo importante que eres en los planes de Dios y que has sido elegido por Dios y por mí estando bajo mi protección para difundir en todas partes mi nombre y devoción a mi Corazón. Nací en el mes que contando el mes del nacimiento de la Virgen hacia adelante es tres, y contando el mes del nacimiento de Cristo hacia atrás es tres. Para significar la Santísima Trinidad y nuestros Tres Corazones unidos en amor. El día, el que sumando los dos números da nueve, que representa los primeros nueve miércoles del mes y que uno de los números siendo único (entero) recuerda el número de mis dolores y alegrías. Además que la suma de los primeros días del mes de agosto, antes del nacimiento de la Virgen con los días finales de los meses después de mi nacimiento y el nacimiento de Cristo da catorce, que era la edad a la que la Inmaculada Virgen se casó conmigo y es el número de años que yo era mayor que ella cuando me casé, pues solo tenía catorce años mayor cuando ella tenía esta edad.

Me sorprendió este mensaje de San José y saqué un calendario y empecé a contar y vi que era el mes de octubre: Agosto + Septiembre+ Octubre = 3 meses y Diciembre + Noviembre+ Octubre =3 meses. Me sorprendí aún más cuando vi que el día que indicaba era el 27 de octubre, el día en que nací. No quería engañarme a mí mismo ni dejar que la gente pensara que estaba tratando de llamar la atención, pero todo lo que dijo era correcto: sumando los dos números 2+7=9 (los nueve primeros-cuartos del mes). Incluso pensé en el número 18:1+8=9, pero San José había dicho que uno de los números representaba el número de sus dolores y alegrías, así que solo podía ser el número 7 del 27. El número de días antes del nacimiento de la Virgen en el mes de agosto: 4...más los días finales después del 27 de octubre: 4...más los días finales del mes de diciembre después del nacimiento de Jesús: 6...sumándolos todos da 14, la edad que la Virgen se casó con San José como él mismo me dijo. Una pregunta me vino a la mente para preguntarle:

...Pero San José y el número dos del 27?

Él sonriendo muy amablemente me respondió:

Representan a las dos personas que más amé en este mundo cuando viví en la tierra: Jesús y María, a quienes imité, honré, protegí y de quienes recibí muchas gracias y bendiciones.

De ahí no pude equivocarme, sino solo aceptar el mensaje. Ni siquiera esperaba escuchar a San José y ni siquiera podía imaginar un mensaje como ese. Todo se estaba revelando en ese momento en pocos minutos. Y me dijo al principio del mensaje para entender que había sido elegido por Dios y por él y que estaba bajo su protección, es decir, que nací el día de su nacimiento. Me dijo otras cosas también:

Tú cuando eras más joven tenías sueños proféticos y a veces los tienes presente, así como yo los tenía y era advertido por el Ángel del Señor en sueños. Esta gracia te fue concedida por mi intercesión ante Dios, porque te elegí para hablar de mi amor a los hombres. Tuviste tus primeras apariciones cuando tenías 21 años, la misma edad que yo tenía cuando primero contemplé a mi esposa la Bienaventurada Virgen en oración en una visión concedida por el Señor. ¡Qué gran alegría sentí en mi Corazón cuando la vi en esa hermosa visión! Pensé que era un ser angelical, alguien que ya estaba en el cielo en la gloria del Señor, pero fue una visión que Dios me estaba concediendo para que mi Corazón se llenara de amor por quien un día sería mi esposa, pero no lo entendí en ese momento. Esta visión me dio gran consuelo y una gran fuerza para sacrificar más por el amor de Dios y para crecer en el espíritu de oración y en la fe, pues fue el tiempo en que el Señor llamó a mis padres a la gloria de su reino y cuando quedé solo en mi casa cuidando de mi oficio de carpintero y mis deberes hacia el Señor.