miércoles, 12 de diciembre de 2007

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Trieste, Italia

¡La paz esté con ustedes!

Queridos hijos, yo soy la Madre de Jesús y vengo esta noche para invitarlos a rezar por la paz. Oren por la paz en el mundo. Oren por la paz en sus familias. Oren por la paz en sus corazones y por la paz en los corazones de sus hermanos.

Los amo mucho y deseo recibirlos en mis brazos maternales para presentarlos a Jesús.

Jesús me envía desde el Cielo aquí en este lugar para bendecir sus familias y su ciudad. Oren mucho, hagan penitencia para reparar tantos pecados de adulterio e impureza que se cometen aquí en esta ciudad.

Si los hombres no regresan y las mujeres no se vuelven dignas de las gracias de Dios, porque son la causa de tantos pecados para los hombres, sufrirán grandes castigos.

Oren para evitar tantos males que pueden caer sobre su ciudad.

Si los padres y las madres no rezan como verdaderos cristianos, verán a sus hijos alejados por hombres malvados, poseídos por espíritus demoníacos, porque muchos padres y madres no están haciendo feliz el Corazón de mi Hijo Jesús.

Les suplico: cambien sus vidas y regresen a Dios. Consagren a sus hijos y sus familias a mí, y yo los protegeré y los guiaré por el camino que conduce al Cielo. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!

Jeremías 7:2-7: Vayan a la puerta del templo del Señor; allí pronuncien este discurso: oigan la palabra del Señor, todos los pueblos de Judá que entren por estas puertas para postrarse ante él. Esto es lo que dice el SEÑOR de los ejércitos, el Dios de Israel: reformen su conducta y su manera de actuar, y yo los dejaré morar en este lugar. No confíen en palabras engañosas como estas: Templo del Señor, templo del Señor, aquí está el templo del Señor. Si reforman sus costumbres y maneras, si verdaderamente practican la justicia; si no oprimen al extranjero, al huérfano, a la viuda; si no derraman sangre inocente en este lugar y no corren, para su vergüenza, tras dioses ajenos, entonces les permitiré permanecer en este lugar, en esta tierra que di a sus padres para siempre.

Jeremías 7:19-20: Pero ¿es a mí a quien golpea - oráculo del Señor - o a sí mismo, para su mayor vergüenza? Por lo tanto, esto es lo que dice el Señor Jahveh: he aquí, mi ira se desbordará sobre este lugar, sobre el hombre y la bestia, sobre los árboles del campo y los frutos de la tierra. Y se encenderá y no se apagará más.