¡La paz esté con vosotros!
Queridos hijos, Dios me envía desde el cielo para deciros que este es el momento oportuno para la conversión. Dios os ama y desea vuestro regreso a Él.
Yo, vuestra Madre, deseo ayudaros en vuestro camino espiritual. La humanidad se ha alejado demasiado de Dios. Rezad, hijos míos, porque grandes cambios están llegando. Dios manifestará su poder al mundo y los hombres entenderán que Él es el Señor. Esto sucederá para que los hombres sepan que solo deben dar gloria a Dios y no ofenderlo con pecados graves.
No pequéis más, hijos míos, intentad vivir cada día vuestra fidelidad a Dios. Rezad para permanecer fieles a Dios. Quiero ayudaros. Abrid vuestros corazones a las palabras de vuestra Madre, antes de que lleguen los días difíciles. No perdáis el tiempo. Sed fieles a Dios y a Su Iglesia. Rezad por el Papa y la Iglesia.
El día está llegando en que hombres malvados la atacarán, queriendo destruirla. Haced reparación y ayunad. Sed obedientes y rezad por la paz como os he pedido que hagáis en mis apariciones alrededor del mundo. Sed hijos de Dios y no hijos del mundo, porque el mundo no os puede dar la vida eterna, sino solo Dios.
Si renunciáis y rechazáis a Dios, no mereceréis la vida eterna, porque solo Él puede dárosla. Quiero que escuchéis y viváis mis llamadas. Escuchadme. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!