sábado, 18 de julio de 2009

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡La paz esté con ustedes!

Queridos hijos, yo soy la Madre de Jesús y vengo del cielo para llamarlos a Dios. Deseo la apertura de sus corazones, el cambio sincero y profundo. No permitan que el diablo los use para el mal, a través de malentendidos, falta de amor y orgullo.

Dios los llama a decidirse por el Reino de los Cielos. No pueden querer el Cielo si aún están apegados a las cosas del mundo.

Deseo en el mes de agosto más oración, más penitencia y silencio interior en Itapiranga. Es un lugar bendecido por mi presencia como Madre. Deseo que todos los que lleguen allí entren en oración y en la experiencia con Dios. Deseo que acojan con amor, con respeto y con paciencia a cada peregrino mío.

Deseo, sobre todo, que todos aquellos que ya han oído y conocido mis llamados durante muchos años, sean verdaderos testigos de ellos. ¿Entienden esto? No quiero más mentiras, no quiero más intrigas. No quiero más falta de amor; no quiero que digan que viven mis llamados y no los viven. No quiero que tengan un corazón fingido, sino un corazón verdadero. Tengan respeto ante Dios y ante mí. ¡Ay de aquellos que se acercan a un alma que pertenece a Dios para destruirla, para crear obstáculos a su misión!: serán severamente castigados y llevarán una pesada cruz en este mundo. Cambien. Cambien sus vidas. Este mensaje es una corrección, la corrección de mi Madre para todos ustedes. ¡Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén!