Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil

 

lunes, 25 de junio de 2012

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Ribeirão Pires, SP, Brasil

 

Hoy la Santísima Virgen apareció con el Niño Jesús en sus brazos. Junto a Ellos estaban San Gabriel y San Miguel Arcángel. En esta noche, la Madre de Dios dio el siguiente mensaje:

¡Paz, mis amados hijos!

Yo, vuestra Madre Celestial, os invito esta noche a la conversión y a la paz. ¡Paz, paz, paz! Rezad por la paz, mis hijos, porque la paz puede transformar el mundo y vuestras familias. Sed portadores de la paz. Mi Hijo Jesús es paz. Desead tener a mi Hijo en vuestras vidas y en vuestros corazones, para que su divina gracia permanezca en vosotros.

Llevad el amor de mi Hijo y el amor de vuestra Madre a vuestros corazones.

Estoy aquí ante vosotros con Jesús, el que puede daros la vida eterna y la paz que tan desesperadamente necesitáis.

Sed hijos e hijas de Dios que verdaderamente den testimonio de su fe. Amad vuestra fe, mis hijos, creed más y más, porque mi Hijo quiere haceros hombres y mujeres de gran fe.

Os bendigo a todos con la bendición de la paz y el amor, y presento vuestras oraciones e intenciones ante el misericordioso corazón de mi Hijo Jesús. Os bendigo: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!

La Santísima Madre con su corazón lleno de amor y con verdadera paz en sus brazos, bendijo hoy al mundo entero de una manera especial. Nuestra Señora maternalmente miró a las personas presentes en la Iglesia y bendijo una por una con la bendición de la paz y el amor.

Durante la aparición me pidió una cosa en particular que concierne a mi vida. Me animó a seguir adelante con confianza y que no debo tener miedo de nada. Hizo una señal de la cruz en mi frente y el Niño Jesús puso su mano derecha sobre mí bendiciéndome. De la mano de Jesús vino una hermosa luz que inundó todo mi ser. Jesús me hizo entender que la obra de su Santísima Madre es tan grande y tan santa que si la gente la entendiera, nunca cerraría sus corazones a ella y nunca la intercambiaría por nada en este mundo. Cuántos dejan las obras de Dios por personas, por proyectos mundanos o por frialdad de corazón. Estas personas nunca alcanzarán la santidad, porque no buscan la voluntad de Dios, sino sus propias pasiones y lujurias. Nuestro corazón debe estar centrado solo en el amor de Dios. Cuando nuestro corazón se apega a algo, personas o cosas, no puede pertenecer a Dios completamente. Reflexionemos: Amar al prójimo sí, pero estar demasiado apegados no, porque las personas y las cosas del mundo todo pasan, pero solo el amor de Dios no pasa, porque es un amor eterno.

Orígenes:

➥ SantuarioDeItapiranga.com.br

➥ Itapiranga0205.blogspot.com

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