domingo, 17 de febrero de 2008

Mensaje de San José

Queridos hijos, Mi Corazón Amadísimo los bendice nuevamente.

El alma que quiere ser Mi verdadero devoto, debe ante todo dejarse para que solo entonces pueda seguirme.

No pueden seguirme si quieren ir primero a enterrar a su padre, o si quieren ir primero a ver la granja que han comprado.

Para seguirme deben estar dispuestos LISTOS. RÁPIDOS Y DECIDIDOS, es decir, deben renunciar a TODO sus apegos y a todos sus deseos para ser completamente libres y bien dispuestos hacia Mí.

Cuando el alma se enamora y está enamorada de Mí, todo en ella es luz y fuego. El alma arde con ese amor, que es beneficioso y al mismo tiempo la inflama, enfría todo su ser más íntimo llenándolo con las suaves influencias de Mi gracia.

Con estas influencias el alma solo busca a Mí, y Yo le comunico Mis propios sentimientos. Le revelo Mis secretos y Mis tesoros, y le doy cada vez más el deseo de parecerme imprimiendo Mis rasgos en él.

Y a veces, para probar el alma y demostrarla, escondo Mi rostro y Mi amor de ella, dejándola sola para que Me busque no por Mis consolaciones sino por Mí Mismo.

De esta manera estoy llevando el alma más y más alto en el camino hacia la perfección. Y la verdadera devoción a Mí se vuelve entonces cada vez más verdadera en esa alma que Me sigue.

Un gran acto de devoción a Mí es usar Mi Escapulario gris que di aquí. El Escapulario de Nuestros Sagrados Corazones Unidos. Quien lo lleva muestra que verdaderamente Me pertenece y que quiere seguirme en el camino hacia la perfección.

El alma que muere con este Escapulario y que lo ha llevado con amor toda su vida, expirará en Mis brazos y será inmediatamente colocado junto a Mi trono en el Cielo.

Los bendigo Mis hijos que verdaderamente creen en Mi palabra y la viven".