sábado, 15 de agosto de 2009

Fiesta de la Asunción de la Santísima Virgen María al Cielo

Mensaje de la Santísima Virgen María

Mis amados hijos, ¡Soy la Señora de la Asunción!

Con mi cuerpo glorioso al Cielo, y allí entronizada en el Trono a la derecha de mi hijo, en el seno del amor de la Trinidad, con este cuerpo glorioso vengo hoy a ustedes.

Emanó a ustedes, el perfume celestial de Mi amor, de Mi gracia, y de Mi inmaculada pureza que va de Mi cuerpo hacia sus almas para dejar verdaderamente para ustedes un rastro celestial que deben seguir, para que puedan alcanzar la salvación perfecta y la glorificación allí, en el Paraíso Celestial.

¡Deben seguirme! Deben seguir el perfume que exhalo y les dejo, para que puedan seguir cada día el camino de la santidad del amor de la oración, para que sus corazones puedan seguir el camino del cumplimiento de la voluntad de Dios y dar perfecta gloria a la Santísima Trinidad que espera de ustedes: Amor, dedicación, obediencia y total entrega.

Mi cuerpo glorioso es un faro que ilumina su camino! Ilumina para ustedes el camino que deben seguir, que disipa la oscuridad del pecado, de la ignorancia, del mal, de la apostasía, para que sus almas, llenas de Mi luz e iluminadas por el esplendor de Mi cuerpo, puedan conocer la verdad, conocer el Amor de Dios, conocer su voluntad para ustedes, y seguir el camino que el Señor les señala a través de mí.

Mi cuerpo glorioso es una estrella brillante que ilumina su noche, que les ayuda a seguir incluso en medio de la oscuridad de este mundo y en la oscuridad de su fe, y que les hace seguir serenamente y con confianza siempre adelante, incluso si no entienden completamente los misteriosos designios de Dios para ustedes y por qué tan a menudo les permite el dolor y la cruz.

Pero la luz, que Mi cuerpo glorioso emana a ustedes en esta noche oscura, les hace confiar, les hace calmar, les hace apoyarse totalmente en Mí y continuar siempre siguiendo el camino que Yo misma ilumino y les muestro.

Así, cumplen la voluntad de Dios en el crepúsculo de la fe, en la confianza, en la esperanza, todos los días y en la perfecta docilidad que es tan agradable al Señor y a Mí.

Mi cuerpo glorioso es para ustedes una llama viva de esperanza que los abre a todos al Amor Divino del cual soy toda quemada y quemo incesantemente en el Cielo. Y esta llama de Amor que les transmito y hago arder en ustedes es la llama del amor de Dios que consume todo lo terrenal, todo lo que es apego a cosas transitorias y pasajeras, que consume toda raíz de amor propio que existe en ustedes y que los hace vivir cada vez más ardientemente con el deseo más alto de servir a Dios, de trabajar por su propia santificación personal y salvación y la de su prójimo, que los mueve a emprender y soportar incluso las cosas más difíciles por la gloria de Dios y el bien de su prójimo y que los hace más como Yo cada día en esta llama ardiente de amor que, en este punto, es similar al fuego natural: ¡cuanto más quema, más se abre y más se expande!

Mi cuerpo glorioso es para cada uno de ustedes, mis hijos, la señal gloriosa que el Señor les da de la beatitud eterna que los espera y los espera si son fieles a su amor, a su santa ley y si cada día de su vida, me siguen en el camino del olvido de sí mismos, de la generosidad, el amor y la penitencia que les he mostrado a lo largo de todos estos años en mis Mensajes.

Mis apariciones aquí, con mi cuerpo glorioso presente en esta capilla, son la señal del inmenso amor de Dios por ustedes y también del inmenso amor que les tengo a todos, mis hijos. ¡Estoy aquí viva! Verdaderamente presente ante ustedes! Ustedes no me ven, pero Yo los veo. Ustedes no pueden tocarme, pero Yo toco sus almas. Ustedes no pueden aún abrazarme, pero Yo puedo abrazar sus almas cansadas, abatidas, desalentadas tan a menudo golpeadas por mi adversario y puedo, en un abrazo, en un instante sanarlos, restablecerlos, quemarlos con nuevo amor, nuevo ardor y transformarlos en llamas vivas que encenderán todo el fuego de mi caridad, de mi bondad, de mi misericordia en todo el mundo.

Si abren sus corazones a mí en este momento de la Aparición, si se vacían de sí mismos y deciden hacer Mi voluntad en lugar de la suya, si deciden seguir Mi camino en lugar de preferir seguir sus propios caminos, entonces, verdaderamente, Mi Triunfo ya sucede en ustedes y sus almas pueden involucrarse en la luz que Mi cuerpo glorioso emana en este momento de la Aparición para todos ustedes. Y con esta luz, sus almas se llenan de resplandor celestial, y se vuelven muy hermosas y agradables a los ojos de la Santísima Trinidad; los demonios huyen aterrorizados ante el resplandor que sus almas irradian y reflejan, y al mismo tiempo su alma se convierte en amiga y compañera de los Santos y Ángeles del Paraíso!

Si, mis hijos, abren sus corazones a mí en este tiempo, puedo traer Mi trono del Cielo, colocarlo dentro de ustedes, y sobre él puedo sentarme, y con Mi cetro y corona de Reina puedo verdaderamente gobernar sus sentimientos, sus pensamientos, sus voluntades y deseos, sus palabras y acciones, sus hechos y sus pasos.

Entonces Yo verdaderamente me convierto en su Reina y ustedes verdaderamente se convierten en mis súbditos, mis esclavos del amor, y mis verdaderos hijos.

Ábranme la puerta de su corazón! Déjenme reinar en ustedes, y como el Señor lo ha hecho en mí, también hará grandes maravillas de amor a través de mí, en ustedes, y los elevará a un alto grado de amistad y unión con él, y ya se familiarizarán con los bienaventurados del cielo, sus amigos, sus hermanos en la gracia y entonces, en el momento de su muerte, como una flor que es tomada de un jarrón y plantada en un hermoso jardín para disfrutar allí eternamente, sus almas serán tomadas de esta tierra y serán plantadas, colocadas para reinar y disfrutar eternamente en el Cielo!

Hoy, en la fiesta de mi Asunción, los bendigo a todos desde Taquari, Le Fréchou y Jacareí".