domingo, 22 de noviembre de 2009

Mensaje de la Muy Santa María

Queridos hijos ¡Míos! Hoy, cuando ya están celebrando la Fiesta de Mi Aparición a Mi hija Catalina Labouré, cuando le di Mi Medalla, que ustedes llaman Milagrosa, de nuevo los llamo a dar su corazón totalmente a Mi Amor, como Mi hija Catalina Labouré lo hizo.

Déseense totalmente a Mi Amor. viviendo de Mi gracia, viviendo totalmente dependientes de Mí, de Mi amor, de Mi patrocinio, de Mi protección y apoyo; para que cada día más Yo pueda nutrirlos, formarlos, educarlos, fortalecerlos y hacerlos crecer en el Amor Divino.

Déseense totalmente a Mi Amor, renunciando a Ustedes Mismos y a Su Voluntad, despreciando el mundo y despreciando aquello que su yo corrupto a menudo pide a sus almas, para que al crecer en este verdadero desprecio de Ustedes y del mundo, Yo pueda hacerlos crecer cada día más en su aprecio del Amor Divino, de la Ley del Señor, de Su Voluntad, de Sus Mandamientos. Para que de esta manera, en sus vidas y en sus almas, se cumpla cada vez más lo que el Señor desea de ustedes y ha planeado para ustedes.

Déseense totalmente a Mi Amor, para que Yo pueda guiarlos cada día por el camino de la oración, la pureza, la humildad, la obediencia y la docilidad a Mi voz y a la voluntad del Señor, para que puedan florecer cada vez más como flores perfumadas por el Amor Divino, embalsamadas por todas las virtudes, para irradiar a todos la belleza de la santidad y la vida unida con Dios!

Déseense totalmente a Mi Amor para que Yo pueda dirigirlos y guiarlos como guié a Mi hija Santa Catalina Labouré, para lograr en ustedes también grandes cosas como lo hice en ella, para que todo el mundo glorifique al Señor y glorifique Mi Nombre, al ver las grandes cosas en ustedes que logran la Bondad del Señor en cooperación y colaboración con su buena voluntad, con su generosidad y con su total entrega a la Voluntad del Señor y a la Mía.

La Voluntad Divina, apoyada por ustedes. La Voluntad Divina, apoyada por la suya, hará grandes obras de Amor Divino y salvación suceder en sus vidas y producirá en ustedes grandes frutos de santidad. Si ustedes, Mis hijos, son dóciles a Mí y al Señor, como Mi hija Santa Catalina lo fue, verán en sus vidas y en sus almas el cumplimiento de lo que Mi hijo Jesús deseaba en el Jueves Santo:

"-Que ellos, Padre, sean uno con Nosotros, como Yo y Tú eres Uno".

El mundo verá el amor de Dios en ustedes, y verá a ustedes inmersos en el amor de Dios, y entonces también deseará conocer este amor, saborear este amor, beber este amor, disfrutar de este inmenso amor, amar este inmenso amor. Con sus vidas entonces podrán dar a otros el inmenso bien, el Gran Bien que se les ha dado aquí, para saborear y amar:

¡Dios y Su Amor eterno!

Estoy con ustedes Mis queridos hijos, todos los días de su vida, continúen llevando Mi Medalla Milagrosa, a rezar el Rosario con la Oración que les he revelado en ella, para que Yo pueda seguir protegiéndolos de los ataques de Satanás y hacerlos crecer cada día más, en esas virtudes que tanto encantan e iluminan Mi Corazón!

A través de la Medalla Milagrosa salvaré al mundo, salvaré sus almas, aplastaré la cabeza de Satanás y haré brillar Mi poder en todo el mundo para el Triunfo de Mi Inmaculado Corazón.

Marcos Paz, los bendigo a todos".