domingo, 28 de abril de 2013

Mensaje de Santa Irene

(Santa Irene apareció rodeada por dos Ángeles)

"Queridos Hermanos Míos, YO, IRENE, me alegro de regresar aquí de nuevo hoy y de darles un Mensaje más para ayudarles en el camino de la perfección, el amor y la paz.

Sean como los cedros del Líbano, sean fuertes en la fe, fuertes en la confianza, en la esperanza, en el amor, para que de toda su persona salga un testimonio poderoso y vibrante hacia las almas de todo el mundo para que todos los que están en la oscuridad vean la luz del Señor y entren en la luz del Señor.

Sean cedros fuertes, viviendo cada vez más en una vida de intensa y profunda oración, una oración que no cese en ningún momento e incluso cuando estén trabajando y estudiando esta oración continúe saliendo y ascendiendo de ustedes al Cielo, ofreciendo todas sus acciones, todos sus pensamientos en unión con los Sagrados Corazones Unidos, con Ustedes, los Santos del Cielo. Para que nuestras oraciones y las suyas unidas se conviertan en un gran poder para lograr la conversión de tantos pecadores y la salvación de tantas naciones en la tierra.

Sean cedros fuertes, practicando las virtudes que tanto agradan a los Sagrados Corazones para que su perfección espiritual crezca cada día hasta alcanzar la plenitud de la santidad.

Estudien, estudien la Doctrina Católica que les ha sido transmitida por tradición y los escritos de los Santos hasta el día de hoy, para que de esta manera, comprendiendo perfectamente lo que el Señor vino al mundo a enseñar, conozcan bien el camino que deben seguir para alcanzar el Cielo y junto con ustedes llevar a tantos y tantos miles de sus hermanos y hermanas, que necesitan a alguien que les muestre el camino verdadero y los guíe por el camino verdadero.

Sean cedros fuertes, viviendo continuamente en la mortificación personal, es decir, renunciando a ustedes mismos, a su voluntad, a sus apegos desordenados, para que entonces, su corazón y alma estén libres, libres para servir verdaderamente a Dios con todo su corazón, con todo su compromiso y toda su alegría para que puedan abrir tantos otros caminos para que todos sus hermanos y hermanas encuentren el camino que conduce al Señor, al Cielo. Abran estas puertas a sus hermanos y hermanas para que puedan encontrar el camino verdadero que conduce a Dios.

Vivan continuamente en Dios tratando de moldear sus sentimientos, pensamientos, deseos y anhelos con los Suyos. Traten de conformar sus pensamientos al pensamiento del Señor para que Su Santo Espíritu no encuentre ninguna barrera ni obstáculo dentro de sus almas. Cultiven el amor verdadero cada día y nunca permitan que muera dentro de ustedes, huyan de todo lo que sofoca, todo lo que quema, que seca la rosa del amor verdadero dentro de sus almas, para que puedan crecer cada vez más cada día en el amor verdadero de Dios que finalmente los conducirá a la gloria eterna.

Yo, Irene, Mártir del Señor, siempre estaré a su lado para ayudarles y guiarlos por el camino de la santificación.

Continúen con todas las oraciones que el Cielo les ha dado Aquí, porque a través de estas Santas Horas de Oración, sus almas como rosas fragantes de amor crecerán y florecerán cada vez más hacia la santidad que la Santísima Trinidad desea y ha planeado para todos ustedes.

Yo, Irene, quiero guardar en ustedes la paz divina, esta paz que nace del profundo y verdadero conocimiento de cumplir la voluntad de Dios, de estar en el camino correcto deseado por el Señor para cada uno de ustedes. Por lo tanto, les digo: renuncien a todo camino que no sea el camino del Señor, renuncien a todo camino que no sea el camino del Señor, renuncien a toda voluntad, a todo plan que no sea la voluntad y el plan del Señor para ustedes.

Estaré con ustedes para ayudarles a conocer la voluntad de Dios y ponerla en práctica correctamente. Estoy más cerca de ustedes de lo que piensan, en sus sufrimientos llámenme, oren a mí, y los llevaré en mis brazos dándoles fuerzas para superar todas las pruebas.

En este momento los bendigo generosamente con amor y especialmente a ti Marcos, el más querido de Mis hermanos y el más ardiente de Mis verdaderos devotos y amigos".

(Marcos): "Sí. Lo haré. Nos vemos pronto."