domingo, 6 de abril de 2008

Domingo, 6 de abril de 2008

(Camino de Emaús)

Jesús dijo: “Mi gente, este tiempo después de Pascua es un tiempo glorioso para contemplar cómo resucitaré a los míos en vuestros cuerpos glorificados después del juicio final. Voy a preparar un lugar para vosotros, y este balcón vacío representa un lugar en el cielo que espera a los míos. Estoy con vosotros cada día a vuestro lado mientras camino con vosotros a través de la vida, como lo hice con mis discípulos en el camino de Emaús. En la visión de esta escena de mi compartir las Escrituras, refiriéndome a mi misión que fue profetizada, quería que mis fieles lectores se imaginaran presentes y escuchando mis palabras. Los discípulos más tarde dijeron: (Lucas 24;32) ‘¿No ardía nuestro corazón en nuestro interior mientras él hablaba por el camino explicándonos las Escrituras?’ Cada palabra que profetizó mi venida tuvo que cumplirse, como también todo lo que está profetizado para mi venida de nuevo, también tiene que cumplirse. Los discípulos tenían los ojos cegados para verme hasta que partí el pan con ellos en la cena. Sólo entonces me reconocieron en ‘la fracción del pan’ cuando lo bendije y lo compartí con ellos. Esta rememoración de la fracción del pan en la Última Cena les recordó mi recuerdo de mi Cuerpo y Sangre que ahora se compartiría en cada Misa. Dad alabanza y gloria a Dios en el don de mí mismo a vosotros en la Sagrada Comunión en la Misa hoy porque vosotros también estáis participando en ‘la fracción del pan’ y compartís mi Real Presencia al reconocerme también.”