Mensajes para John Leary en Rochester NY, EEUU

 

viernes, 20 de junio de 2008

Viernes, 20 de junio de 2008

 

Jesús dijo: “Mi gente, hay dos partes fundamentales en cada Misa: la lectura de la Palabra de Dios y la consagración con la recepción de Mi Cuerpo y Sangre en el momento de la Comunión. De la misma manera, reservan dos lugares especiales, Mi tabernáculo que contiene Mis Hostias, y un lugar para guardar el libro de Mi Palabra. En las sinagogas judías había un lugar especial para colocar los rollos de la Torá. En el Evangelio se habla de un ojo sano, que realmente significa alguien que tiene los ojos de la fe para ver la vida a la luz espiritual de cómo quiero que vivan. Mi Palabra es su Luz para seguir, para que puedan imitar Mi vida y seguir Mis instrucciones sobre cómo vivir una buena vida cristiana. Es esta Luz de Mi Palabra la que siempre disipará la oscuridad del mal en este mundo. Cada uno de Mis fieles tiene Mi Luz en ustedes y son enviados al mundo para disipar la misma oscuridad con su palabra y buenas acciones. Cuanto más hagan por Mí en la evangelización de otros, más tesoro acumularán en el cielo, y más almas podrían ser salvadas. Ámenme en Mi Presencia Real en Mi tabernáculo, y ámmenme en la Luz de Mi Palabra en las Escrituras. Estos son sus verdaderos tesoros en la tierra.”

Jesús dijo: “Mi gente, han sido bendecidos al experimentar esta cruz en la ventana, y ahora hay muy pocas de estas manifestaciones. En el tiempo de la tribulación verán estas cruces luminosas en todos Mis refugios para darles esperanza en Mi Luz. Den alabanza y gloria a Dios por estos regalos, y hay una gracia especial para todos los que visiten estas cruces, y una gracia para aquellos que son dueños de estos hogares.”

Jesús dijo: “Mi gente, estoy llorando por las muchas almas que, por sus pecados, Me están causando más sufrimiento en Mi cruz. Ver estas lágrimas y muchas otras manifestaciones es una pequeña forma de Mi reconocimiento de la fidelidad de Robert a Mí en su misión de evangelizar almas. Muchas almas, que han venido aquí con fe, han sido sanadas no solo en sus cuerpos, sino también en sus almas. Es la conversión de las almas de los pecadores lo que debería ser la alegría más gratificante para Robert al verme trabajar a través de su ministerio. Como con todas las curaciones tanto del alma como del cuerpo, deben dar gloria y gracias a Mí por todos estos regalos. Robert necesita continuar su ministerio mientras pueda porque su fe y trabajo Me agradan mucho.”

Origen: ➥ www.johnleary.com

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