domingo, 19 de abril de 2009

Domingo, 19 de abril de 2009

(Domingo de la Misericordia)

Jesús dijo: “Mi gente, están agradecidos por Mi muerte y Resurrección porque están mirando un evento pasado, y pueden entender que Yo vine como el Mesías para morir por sus pecados. A Mis discípulos se les dijo varias veces que Yo sería asesinado y resucitaría al tercer día, pero no entendieron que alguien pudiera resucitar de entre los muertos por sí mismo. Resucitar de entre los muertos fue Mi mayor milagro, pero la muerte no pudo tener poder sobre Mí, incluso si Yo era un Dios-hombre. Por eso muchos de ellos dudaron que Yo apareciera a personas vivas, especialmente San Tomás en la lectura del Evangelio de hoy. Yo aparecí varias veces a Mis discípulos para que ya no hubiera duda de que Yo había resucitado de entre los muertos en carne. Ahora pueden leer los relatos de estas apariciones, y Mis fieles también pueden creer, aunque no estuvieran allí en el Cenáculo. Les di a Mis apóstoles la bendición del Espíritu Santo para que tuvieran fuerza y hablaran idiomas extranjeros en la difusión de la Buena Nueva de Mi muerte y Resurrección por los pecados de todos. Este es un momento tan alegre para que puedan darme las gracias por Mis dones sacramentales y por recibir también los dones del Espíritu Santo.”

Jesús dijo: “Mi gente, cuánto amo a Mi gente y les envío Mis gracias y bendiciones en este Domingo de la Misericordia. Mi misericordia por sus pecados es verdaderamente infinita ya que perdonaré a todo pecador arrepentido, sin importar cuán grave sea su pecado. Sus oraciones de la Novena y la Confesión eliminarán cualquier reparación adeudada por sus pecados. Confíen en Mi Divina Misericordia porque siempre está disponible para ustedes. Mientras miran la Imagen de la Divina Misericordia de Santa Faustina, siempre les enviaré Mi misericordia por todos sus pecados. Mientras meditan sobre el relato con Mi caminar con Mis discípulos en el camino a Emaús, los consolé y les permití entender las Escrituras que predijeron Mi venida. Así como consolé a estos discípulos, también quiero caminar con cada uno de ustedes en su viaje a través de la vida. Siempre estoy a su lado para ayudarlos y guiarlos a través de todos los problemas de la vida. No olviden llamarme todos los días para que los ayude en sus necesidades diarias. Los amo y les ofrezco Mi ayuda para traerlos a casa conmigo en el cielo. Regocíjense en Mi misericordia porque Mi misericordia es continua para todos.”