sábado, 15 de agosto de 2009

Sábado, 15 de agosto de 2009

(Asunción de Nuestra Señora)

Nuestra Señora dijo: “Mis queridos hijos, les agradezco a todos por seguir siendo fieles al rezar sus rosarios diarios. Jesús los bendecirá a todos mientras yo le presento sus peticiones. Mi Hijo escucha mis súplicas y Él las responderá según Su Voluntad. Pongo mi manto de protección sobre todos mis hijos, y una protección especial para todos los pequeños de Jesús en el vientre. El Cielo está triste por el poco valor que le dan a la vida en sus abortos y cualquier otro asesinato. Dondequiera que haya vida humana, hay un alma inmortal que necesita ser salvada. Todos ustedes deberían desear estar con su Señor algún día en sus propios cuerpos glorificados. Ese día, cuando su alma se unirá a su cuerpo glorificado, será el momento más feliz de su existencia. Continúen rezando por todos los pecadores y las almas en el purgatorio.”

Jesús dijo: “Mi pueblo, hay algunas personas que aman tanto el dinero que harán casi cualquier cosa para hacerse ricos. Algunos ladrones roban bancos para obtener dinero ilegalmente. Otros barones de Wall Street tienen los medios para manipular los mercados para robar el dinero de la gente. Otros arriesgan perderlo todo en hábitos de juego para hacerse ricos rápidamente. En muchos de estos casos, el dinero se busca y se adora como un ídolo por lo que puede comprar. Algunas personas dejan que el dinero y las posesiones dirijan sus vidas sin pensar en su vida espiritual. Cuando dejen esta vida, no pueden llevarse su riqueza con ellos. El dinero y las posesiones tampoco los llevarán al cielo. Así que el punto es que las cosas de este mundo no deben controlarlos. En lugar de querer vivir una vida de lujo, deben buscar vivir una vida modesta para satisfacer sus necesidades terrenales. En esta forma de vida no están buscando riqueza para comprar todas las últimas cosas que podrían comprar. Mantenerse cerca de Mí en la oración diaria los acercará mucho más al cielo que poseer los últimos dispositivos de entretenimiento. Mantengan sus prioridades fijas en cómo salvar su alma y la de los demás, en lugar de en posesiones materiales que se volverán obsoletas y se romperán. Un corazón humilde es mucho más agradable para Mí que un corazón de codicia o ira. Manténganse calmados entre sus pruebas, y no dejen que nada perturbe su paz en su alma.”