Mensajes para John Leary en Rochester NY, EEUU

 

sábado, 21 de noviembre de 2009

Sábado, 21 de noviembre de 2009

(Presentación de María)

 

Jesús dijo: “Mi gente, muchos están absortos en las distracciones de este mundo con todos sus placeres y comodidades. Una persona del mundo evita el sufrimiento, la cruz, la oración y la Confesión. Una persona del Espíritu rehúye las cosas mundanas y busca solo las cosas espirituales que los conducirán al cielo. Estos son los dos caminos que cada alma debe elegir entre. Todos también necesitan ver lo que hay al final de cada camino en su juicio para ayudar a elegir el mejor resultado. Esta visión del infierno en la oscuridad y las llamas del fuego está reservada para aquellos que Me ignoran y se entregan a todos los placeres del mundo. Aquellos que viajan por el camino estrecho a través de Mis pasos de sufrimiento, se desapegarán de los deseos de este mundo, para que puedan tener alegría eterna Conmigo en las glorias del cielo. Después de ver ambos destinos, solo puede haber una elección obvia de querer estar Conmigo en la Luz. Hay un precio que pagar para llegar al cielo porque una vida santa requiere un trabajo de por vida para superar los deseos del cuerpo. Seguir los deseos del alma te lleva a Mi paz, pero debes soportar la tentación del maligno a pecar todos los días. Esta es la lucha que cada alma debe enfrentar, pero tu recompensa en el cielo vale mucho tu esfuerzo. Aquellos que intentan y se quedan cortos en el purgatorio, sufrirán en esta purificación para estar Conmigo. Pero aquellos que no Me aman y aman al mundo en cambio, encontrarán una eternidad de dolor en la oscuridad y las llamas del infierno por su propia elección. Despierten y síganme antes de que sea demasiado tarde y pierdan su alma al maligno que los atormentará por toda la eternidad en el infierno.”

Jesús dijo: “Mi gente, la mayoría de las personas no les gusta el hedor de una planta de tratamiento de aguas donde es difícil evitar que el olor entre en el aire. En un sentido espiritual, sus almas también son horribles para Mí por los pecados en su alma. Para limpiar el hedor de sus almas pecaminosas, deben venir a Mí en la Confesión donde el sacerdote puede absolver sus pecados y pueden pedir Mi perdón en su Acto de Contrición. Yo limpio sus pecados y resto Mis gracias en su alma para que una vez más sean hermosas de ver. Muchos pueden pensar que no puedo ver sus pecados, pero veo todo lo que hacen y no pueden ocultarme nada. Conozco todos sus pecados y cuánto necesitan ser limpiados. Cuando vengan a Mí en la Confesión, deben admitir que son pecadores y necesitan Mi perdón. Hagan un firme enmienda para no repetir sus pecados y no vivir un estilo de vida pecaminoso.”

Origen: ➥ www.johnleary.com

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