domingo, 6 de febrero de 2011

Domingo, 6 de febrero de 2011

Domingo, 6 de febrero de 2011:

Jesús dijo: “Mi gente, ustedes son verdaderamente la sal de la tierra, y llamo a todos Mis fieles a salir al mundo a compartir Mi Luz del Evangelio buscando evangelizar almas para que Me sigan. Cuando dije qué pasaría si la sal pierde su sabor, me refiero a qué pasaría si uno de Mis fieles pierde su camino, entonces no puede difundir Mi mensaje. Así que es importante que se mantengan cerca de Mí en la oración diaria y, si es posible, en la misa diaria. De esta manera no perderán ninguno de sus dones de fe, y serán capacitados por el Espíritu Santo para difundir Mi Palabra a medida que Mi Luz dispersa la oscuridad del pecado. Para protegerse de los malvados, deben usar sus armas del rosario, el escapulario, la cruz benedictina y posiblemente agua bendita y sal bendita. Cuando salen en sus viajes misioneros, usan Mi sal bendita en su camioneta para protección. La sal bendita es muy poderosa contra los demonios, al igual que su reliquia de Mi Santa Cruz. Cuando oran por la curación de las personas, recuerden que están orando a través de Mí y del Espíritu Santo para curar tanto el cuerpo como el alma. La curación del alma en la conversión es incluso más importante que cualquier curación física. Amo a Mis fieles y a todos los pueblos, incluso a aquellos que no Me aman. Les doy esto como un ejemplo de que quiero que amen a todos también, incluso a aquellos que los persiguen o intentan dañarlos. Cada persona tiene un alma, y no quiero que esa persona se pierda para el malvado. Los envío como Mis apóstoles de dos en dos para que salgan a todas las naciones con Mi Palabra. Entonces las personas pueden tener la oportunidad de ser salvadas e invitadas a conocerme y amarme. Les doy toda Mi bendición de protección y una bendición para fortalecer su fe para que puedan ser un testigo de Mi amor a todas las personas en el mundo.”