martes, 12 de marzo de 2013

Aquel que confíe en Mí no perecerá.

- Mensaje No. 56 -

Hijo mío. Querido hijo mío. Te amo. Yo, tu Madre en el Cielo, me regocijo, pues recibes cartas maravillosas y Nuestra Palabra es escuchada. Confía siempre en Mi Hijo y en Dios Padre, porque Él hace lo imposible posible, y Él abre puertas donde nunca habrías sospechado una. Cree en Él. Sé fiel a Él. Y dale tu SÍ una y otra vez. Así renovarás tu pacto con Él una y otra vez, y tu relación se volverá intensa y muy profunda. Milagros sucederán contigo, tú, hijo mío, podrás dar testimonio de ello.

Hijo mío. Querido hijo mío. Te amamos mucho y te agradecemos. Permanece siempre tan abierto y lleno de confianza, porque entonces ayudarás a Nosotros a tocar otras almas y a guiarlas por el camino del Amor Divino. Te agradecemos por todos los mensajes que ya has difundido con tus/nuestros amados colaboradores, y agradecemos a Nuestros amados lectores que nos escuchan y que nos responden.

Esta misión es grande, y es maravillosa. Regocíjate, mis queridos hijos, pues todos vosotros iréis con Mi amado Hijo a Su Reino, y ese día será un día de alegría. Por lo tanto, espera a Mi Hijo, tu Salvador, con el corazón abierto, y corre hacia Él. De esta manera, la promesa de la herencia prometida a vosotros se hará realidad, en la cual entraréis, y el plan de Dios se cumplirá así.

Mis queridos hijos. Nunca tengas miedo. Permanece unido en oración con los demás y con Nosotros. Te amamos mucho y esperamos con ansias el gran día de alegría!

Tu Madre amorosa en el Cielo.

Gracias, mis hijos, por aceptar y recibir Nuestra Palabra tan maravillosamente.

Jesús: Amén, te digo. Quien confíe en Mí no perecerá, quien construya sobre Mí recibirá la Vida Eterna, quien crea en Mí, quien sea fiel a Mí, ningún daño le puede llegar. Mis queridos hijos, Yo, vuestro Jesús, me regocijo enormemente por la aceptación de Mi Palabra en estos mensajes dados a Mi querida hija, a quien hoy le di el nombre "María para la Preparación Divina de los Corazones". La he elegido para esta misión para abrir los corazones de los hombres a Mí, vuestro Jesús, y para prepararos.

Mi segunda venida sucederá pronto, y debéis purificar vuestras almas. Ya os hemos dicho esto en muchos mensajes, y sin embargo seguimos repitiéndolo. Aquellos que Me rechazan, que no creen en Mí, no pueden y no serán llevados al Nuevo Mundo. Solo los hijos entre vosotros que Me profesan, vuestro Jesús, los llevaré conmigo a Mi Reino. Todos los demás se perderán, es decir, caerán al diablo.

Mis queridos hijos, no esperéis demasiado para venir a Mí, vuestro Jesús, porque debéis estar preparados para Mí. Conocéis los procedimientos que vendrán a vosotros, los hemos hecho conocer en numerosos mensajes. Más detalles seguirán. Lo importante es que Me encontréis, vuestro Salvador, porque entonces puedo actuar por vosotros y protegeros de los trucos y trampas del maligno.

Dadme vuestro SÍ, una y otra vez de nuevo y orad a Mí. Orad por vuestros hermanos y hermanas y para que al Anticristo se le prive del poder. Con la oración debilitáis algunos de los daños. ¡Sed conscientes del poder de la oración! Es vuestra arma en la lucha contra todo el mal que se acerca a vosotros.

Os amo, mis pequeños y grandes hijos, y espero con alegría el día en que (con suerte) entremos juntos a Mi Nuevo Reino.

Vuestro Salvador amoroso, vuestro Jesús.

Gracias, hijo mío, por escucharnos y responder a Nuestra llamada.