Mensajes a Ana en Mellatz/Goettingen, Alemania
martes, 13 de diciembre de 2005
Soy la Madre de la Iglesia, la Madre del Mundo, sí, la Reina del Mundo. Consagrense, este Mi Inmaculado Corazón, a diario, entonces estarán protegidos. Imploraré a todos los ángeles, especialmente a los ángeles guardianes. Recibirán el Poder Divino. Solo con el Poder Divino dominarán estas dificultades del tiempo, los tiempos finales de Mi Hijo.
Estén listos, Mis hijos, para vivir la entrega total. Entreguen sus problemas y miedos al cielo. Él dejará que las alegrías celestiales fluyan en sus corazones. Disfruten de estos placeres. Que los fortalezcan para este próximo tiempo de purificación de toda la Iglesia, que Mi Hijo Mismo ha instituido, la Única, Santa, Católica y Apostólica Iglesia. Prepárense para sufrir todo por el cielo. Nada debería ser demasiado para ustedes. No se quejen y soporten unos a otros con paciencia. Sacrifiquen y expíen esta apostasía, esta apostasía. Su único objetivo es la salvación de las almas para el mundo.
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