viernes, 31 de enero de 2025

Os Pido Que Seáis Pequeños, Que Permanezcáis Pequeños En Vuestros Corazones Y Almas, Para Que La Tarea Se Realice En La Sencillez, En La Humildad, En La Entrega De Vuestras Vidas A Mi Amor Entregado

Mensaje de Nuestro Señor Jesucristo a Christine en Francia el 17 de enero de 2025

{8 en punto}

El Señor - Soy el que lleva Mi Palabra en ti para que de Mi Palabra todos se alimenten y se llenen de Mi Amor. El que Yo Soy trae la verdad y la paz a vuestros hogares. El que Yo Soy lleva la Palabra Eterna a vuestros hogares para que crezcáis en Mi Amor y para que, de casa en casa, la Palabra incendie todas las ciudades que Mi Corazón viene a buscar y a colocar bajo Su manto. Podrán silbar los vientos y arreciar las tempestades, pero estaréis cobijados bajo Mi manto que os cubrirá de fuerza. Vivid, haceos vivos y superaréis las pruebas y os convertiréis en los grandes luchadores, en los grandes vencedores de todas las tormentas que azotan a Mis amados hijos.

Hija, un profeta permanece solo en su casa para llevar y transmitir la Palabra que Yo le doy para que la siembre en el viento de los corazones.

La fuerza, en Mi Corazón, todo hombre la encuentra y así podrá hacer frente a todas las tempestades, a todos los vientos contrarios. Llevo un fundamento inquebrantable a quien le pido que transmita Mi Palabra que derramo en él, como la corriente del mar.

Os pido que seáis pequeños, que permanezcáis pequeños en vuestros corazones y en vuestras almas, para que la tarea se cumpla en la sencillez, en la humildad, en la entrega de vuestras vidas a Mi Amor entregado. Os hago pequeñas luces de la Tierra que transmitís a los hombres la Luz de Mi Palabra que os doy, para que Él alimente a la multitud, que la libere de todos los mentirosos, de todos los negadores que sólo son sepultureros al servicio de Satanás al que adoran en el secreto de las logias masónicas.

Pero las logias, a plena luz del día, serán desenmascaradas y el orgullo será su perdición; creen en la victoria que proclaman, mientras que la Victoria es sólo Mi Sagrado Corazón, de Mi Palabra de Verdad, de Mi Luz eterna que aniquila, dispersa y revela todas las tinieblas.

Venid, hijos, al pie de Mis Tabernáculos para cobrar fuerzas y recargar vuestros corazones. Venid a saborear el Fruto de Mi Corazón Divino, que lleva en vosotros Mis rayos de Luz y la Verdad que Yo soy. Hijos, sed y permaneced fieles a Mi Palabra de Verdad en la Escritura transmitida de siglo en siglo, y entraréis en la Morada Eterna, y seréis siervos de Mi Sangre Divina que he derramado por cada uno de vosotros, para liberaros de las garras del Maligno y marcaros con el Sello de Mi Amor. Así os he protegido y marcado con Mi Amor divino; por el Bautismo habéis recibido el Sello divino que os une y conecta a Mi Amor y que os libera de las garras de los mentirosos.

{23 en punto}

El Señor - Oh hombres lentos para creer, venid al Vino nuevo que os traigo, Mi Vino embriagador.

¿Por qué huir de Mis pasos, por qué huir de Mi Ley? ¿Qué hacéis con Mi Amor, qué hacéis con el Amor que Yo soy?

Habéis abandonado Mi Ley. Quisiste usurpar Mi Sede para instalar la de la Bestia inmunda y toda tu vida es sólo amargura y hedor. No tenéis consistencia, vosotros que desafiáis Mi Ley, y si os erigís en vencedores, pero... vencedores del vacío.

Dad un paso atrás y venid a enmendar vuestros caminos, Yo acogeré vuestras lágrimas y traeré a cada uno la dulzura de Mi Corazón, el inmenso Amor que Soy. Desecha tu orgullo, no es más que ilusión, harapos e inconstancia.

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