Mensajes al Refugio Sagrada Familia, EEUU
viernes, 1 de febrero de 2019
Ven, Dios Padre

Mi amado hijo, la visión que acabo de darte y las palabras son de tu Padre del Cielo. Te mostré los rayos que bajaban de Mi Corazón y cómo irradiaban luz y luego te mostré Mi Corazón como un fuego muy ardiente de llamas. Sabes que no puedes mirar al sol en el cielo porque es demasiado brillante. Sólo podéis mirarlo a través de Mi Madre María. Estáis mirando a través de Su vientre el Milagro del Sol en el cielo porque es realmente Mi estrella en el cielo. Nadie puede mirar al Padre sino a través de Mi Madre María que trajo a Mi hijo a la tierra como Hombre.
La estrella que iluminó el cielo para los tres reyes era la estrella de Mi Hijo Unigénito. Era para guiar a los tres reyes hacia Él para confirmar Su nacimiento. Mi Madre y Mi Hijo fueron enviados a la tierra para despertar al mundo con un nuevo nacimiento de amor para que Mis hijos volvieran al amor de su Dios que los hizo.
Vuestro mundo ha caído ahora aún más malvado que en tiempos de Noé. Esta vez, Yo, el Padre, vengo con la Santísima Trinidad y Nuestra Madre a limpiar y purificar el mundo para los mil años de paz a través del Padre Nuestro: «Hágase Tu Voluntad en la Tierra como en el Cielo». Ha llegado el momento en que la estrella de Mi Hijo y Mi estrella, el sol de vuestro planeta, se unirán para limpiar vuestra Tierra para que el Padre Nuestro pueda cumplirse: el Cielo y la Tierra en uno. Con amor, la Santísima Trinidad y María, Nuestra Amada Madre.
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