Viernes, 3 de diciembre de 1993

Nuestra Señora viene sentada en un trono. "Demos alabanzas a Jesús." Yo digo, "Ahora y por siempre." Ella dice: "Mi querida hijita, he venido hoy para pedirte que digas a todos que se está poniendo demasiado énfasis en lo que está por venir por la mano de justicia de Dios. La gente necesita preocuparse por lo eterno y no por lo pasajero. Todo lo que las almas logran hacia la santidad vive para siempre. Por eso Jesús me envía a buscar la publicación en forma de libro de mis mensajes que guían a las almas hacia la santidad. Él quiere que esto se difunda ampliamente en librerías, y que se promueva tanto aquí como en otros países. La hora se hace tarde y la necesidad de este libro se manifiesta por el mal que impregna la tierra. Por lo tanto, vengo como una madre con una súplica final a Sus hijos extraviados. Por favor, haz esto conocido."