Viernes, 14 de octubre de 1994

Nuestra Señora viene como Nuestra Señora de Guadalupe. Ella sonríe y separa Sus manos. Ella dice: "Por favor, entiende, Mi niño, el milagro está en los corazones que aman y no en señales especiales. Las señales son dignas de noticia, pero el fruto está en los corazones. Y así, cuando ores, ora para que los corazones abracen el Amor Santo. Lo que se da más allá de esto es iniciado en el cielo y no por ninguna llamada propia. Pero tus oraciones y sacrificios sirven para abrir los corazones al Amor Santo. Por lo tanto, estate en paz." Yo pregunté: "¿Pero no creerían y vivirían más el mensaje si se dieran señales especiales?" Ella respondió: "Dios obra en cada alma según Su Voluntad. Si un alma necesita una cierta gracia para creer y Dios elige obrar de esta manera, sucederá." Yo remarqué: "Simplemente parece que muchos más creerían si hubiera más señales." Ella respondió: "El mensaje debería ser prueba de la presencia del cielo en sí mismo. Por favor, entrega tu voluntad aquí. Ora para ser un buen mensajero y para que los corazones amen. Eso es suficiente." Ella separa Sus manos de nuevo y una luz brillante viene de donde estaría Su Corazón. Ella se va.