Sábado, 16 de enero de 1999

Jesús viene, mostrando Su Corazón. Él dice: "Soy Jesús, el Verbo Encarnado. He venido para ayudarte a comprender la importancia de una vida virtuosa. Es a través de las virtudes que llegas al Amor Santo – el Corazón Inmaculado. Es a través de un profundamiento de las virtudes que llegas a Mi Corazón – el Amor Divino."

"Comprender las virtudes te ayuda a ver dónde estás fallando en ellas. El alma virtuosa está en paz. Si Satanás intenta atacar a alguien así, la paz se recupera rápidamente. El alma virtuosa se conoce a sí mismo. Sabe sus debilidades y trata sinceramente de superarlas. La virtud y la santidad van de la mano. El que verdaderamente avanza en la santidad no se presenta como alguien que debe ser acomodado y apaciguado. Más bien, es el siervo amoroso de todos. Nunca presume de su espiritualidad ni aspira al reconocimiento, sino que se contenta con permanecer en segundo plano. Así oculto, no se erige como juez de los demás, sino que trabaja en las virtudes en su propia vida."

"Ayudo a aquellos que Me invocan. Te invito a cada uno a Mi Amor Divino. Ven a Mí."