Miércoles, 7 de abril de 1999

Jesús viene vestido de blanco. Él dice, "Soy tu Jesús, nacido Encarnado. ¡Aleluya! Hoy, hija mía, he venido a ayudarte a entender que el mayor logro, sin importar su valor para la humanidad, no es tan grande como el menor esfuerzo en el Amor Santo. Porque el Amor Santo Me agrada y está dirigido a agradarme. No hay interés propio en esta llamada. Es la respuesta que he venido a buscar."

"El Amor Divino es como la crema batida sobre un postre." Él sonríe tanto que veo sus dientes. Sabe que me encanta la crema batida. "Hace que el alma vea cuán agradable es cada acto de Amor Santo - cuán agradable es cada acto para Mí. O es como la sandalia desgastada al caminar muchos lugares haciendo mucho por sus hermanos, pero más cómoda a través de sus millas de uso que cualquier sandalia nueva. El Amor Divino se vuelve compatible con el Amor Santo en el alma sin gran ostentación, sino a través de la perseverancia en la santidad por medio del Amor Santo."

"Es entonces cuando el alma se une a Mí - se vuelve inseparable de Mí - Me elige. Mi Corazón es el reposo de los santos, la Llama que anhela envolver a la humanidad. Solo hay un camino para alcanzar el tesoro de esta unión. Es a través del Amor Santo."