Miércoles, 26 de septiembre de 2001

"Mi hermanita, soy tu Jesús, nacido Encarnado. Me has estado preguntando en lo profundo de tu corazón cómo convertir un alma. Ya que he venido a ti para compartir contigo las profundidades de Mi Sagrado Corazón y cada Cámara en él, te daré la respuesta. No puedes convertir un alma."

"La conversión es entre Dios y el alma misma. Pero a través de la gracia de este Mensaje de Amor Santo, puedes ofrecer la conversión. El Amor Santo es un Mensaje de conversión. El alma debe, a través de un movimiento de su libre albedrío, cooperar humildemente con la gracia ofrecida en este Mensaje. Digo humildemente, porque sin humildad combinada con el Amor Santo, el alma es incapaz de ver y remover de su corazón todo lo que no está de acuerdo con los Dos Grandes Mandamientos del Amor."

"Y así es con tu nación, también. El arrepentimiento es una gran parte de la conversión. Tu nación debe mirar lo que está haciendo y ha hecho que desagrada a Dios. Este es el primer paso hacia la conversión. El segundo es superar estos errores. Así que vengo hoy a pedir tus oraciones hacia el arrepentimiento y la conversión de tu nación. Porque aquí reside la seguridad nacional."

"Haz esto conocido."