Sábado, 20 de octubre de 2001

San Tomás de Aquino viene. Dice: "Hoy vengo alabando a Jesús, Señor y Salvador. Vengo a explicarte la Voluntad Permisiva de Dios. Piensa en la Voluntad Divina de Dios como un gran paraguas que protege la tierra. La Voluntad de Dios protege de todo mal. Pero Dios no interfiere con el libre albedrío del hombre. Ahora, cuando el hombre elige oponerse a la Voluntad de Dios y peca, es como si se hiciera un agujero en el paraguas. Entonces la protección de la Voluntad del Padre no es completa como Él lo había planeado. Este 'agujero' permite o consiente que Satanás entre y ejecute sus planes. Así que ves, la Voluntad Permisiva de Dios no es lo que Él elige para la humanidad, sino lo que el hombre elige y Dios permite."

"Le causa gran dolor al Padre Eterno ver a lo que el hombre se expone a través del pecado. Nuestra Madre Celestial llora. ¡Oh, cuánto llora al ver la destrucción causada por el pecado!"

"Deberías hacer esto conocido."