Domingo, 21 de abril de 2002

San Tomás de Aquino viene. Dice: "Alabado sea Jesús. He venido hoy para hablar sobre los recientes escándalos dentro de la Iglesia. Algunos herejes usan estos desafortunados escándalos como una plataforma para promover sacerdotes casados y sacerdotisas. Desatienden el hecho de que el Santo Padre ya ha tomado decisiones en contra de ambas cosas. El celibato no es la causa de estos problemas. Es el mal que hay en los corazones, que es la causa."

"Nunca legalizarías el robo porque mucha gente roba. ¿Por qué cambiar las leyes establecidas por el Santo Padre porque algunos son demasiado débiles y abiertos al mal para obedecer las leyes? Recuerda que la causa de todo pecado es la falta de Amor Santo. El pecador coloca el amor al pecado por encima del amor a Dios y al prójimo."

"En el caso de estos escándalos, tan culpables si no más, son los facilitadores – los que encubrieron el crimen. Pedir perdón en retrospectiva no es mucho consuelo para la inocencia perdida de las víctimas."

"Debemos rezar para que la Iglesia sea sanada de adentro hacia afuera. Debemos rezar para que a medida que es despojada y purificada, los fieles remanentes se aferren a su fe."