Lunes, 11 de noviembre de 2002

San Tomás de Aquino viene. Dice: "Alabado sea Jesús."

"He venido para ayudar a cada uno a ver que el verdadero enemigo es aquello que se opone al Amor Santo en el corazón. Siempre es insidioso – incluso vestido de rectitud a veces. Pero el culpable es siempre el interés propio, el amor propio – por encima y delante de Dios y del prójimo. Puede entrar en el corazón como crítica negativa de los demás – pronto generando perdón – luego amargura. El amor propio invita al alma a criticar a los demás, así elevándose a sí mismo en mayor estima. Puede ser amor a los bienes materiales, la sensualidad o incluso amor a su propia opinión lo que expulsa el Amor Santo del corazón."

"Pero donde comienza el cáncer que consume el Amor Santo es siempre el amor propio desordenado. Por eso el proceso de conversión siempre comienza con amar a Dios más que a uno mismo. Es este amor el que abre el corazón a la Llama del Amor Santo."