Viernes, 26 de octubre de 2007

Santa Margarita María Alacoque dice: "Alabado sea Jesús."

"Por fin he venido a ti, como Jesús lo permite, para hablarte sobre la rendición. Hay grados de rendición así como hay grados de santidad. Así como la profundidad de la santidad depende de la profundidad del Amor Santo en el corazón, lo mismo ocurre con la rendición. La rendición más perfecta fue en el Huerto de Getsemaní cuando Jesús aceptó la Voluntad de Su Padre sobre la Suya. Es esta rendición la que todos están llamados a imitar."

"Todo lo que compone la rendición también comprende el Amor Santo. Por lo tanto, para rendirse a la Voluntad de Dios más completamente, el alma debe vivir por Dios y por los demás. El que se rinde a todo, aceptando todo como de la Mano de Dios, es humilde y espiritualmente infantil. No se ofende fácilmente. Siempre está dispuesto a hacer concesiones y a perdonar con facilidad. Vive en la verdad del Amor Santo y reconoce fácilmente las mentiras de Satanás. Por lo tanto, no es alguien que glorifique sus propias opiniones, sino que está abierto a escuchar a los demás."

"Jesús me permitirá regresar pronto con más detalles sobre la rendición."