sábado, 10 de septiembre de 1994

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

Nuestra Señora apareció de nuevo. Hoy estaba triste y nos dijo:

Mis hijos, ayúdenme con sus oraciones, para que todo suceda como lo he planeado. Recen el rosario. Oren, oren, oren! Tengan confianza en mí. Estoy con ustedes, ayudándolos. ¡Tengan fe!

Mientras rezaba el rosario con mi hermana Glayse Kelly, la Santísima Virgen dijo:

Quiero que mis hijos visiten a mi hijo Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar, y que le hagan una hora de reparación, por tantas ofensas, sacrilegios y desdenes que recibe cada día de pobres pecadores. Desde este lugar bendigo toda la ciudad y a todos mis hijos, derramando copiosas gracias y bendiciones.

Desde nuestra casa en Itapiranga, pude ver a la Madre de Dios muy arriba cerca de la torre de la Iglesia en Itapiranga, como si llamara a sus hijos a la Iglesia, a adorar a Jesús. Se veía muy hermosa. Dos corazones aparecieron junto a ella, un poco más arriba, uno a su derecha y otro a su izquierda. Entendí que era su Inmaculado Corazón y el Corazón de su Hijo Jesús, representados en esos dos corazones.