Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil
jueves, 5 de enero de 1995
Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Itapiranga, AM, Brasil

Esta tarde Jesús y Nuestra Señora aparecieron. Vinieron acompañados por San Miguel Arcángel y muchos Ángeles del cielo. Nuestra Señora fue quien habló primero:
¡La paz esté con vosotros!
Queridos hijos, me alegra veros a todos reunidos aquí. Gracias por vuestras oraciones. Hijos míos, una vez más os invito: haceos penitencia por los pecadores, pues hay muchas almas que están en peligro de ir al infierno. Orad para que muchas almas sean salvadas. Invitad a mis hijos a la oración. Animad a los niños a rezar el rosario. Yo soy la Reina de la Paz y soy la Madre de los Pequeños. Amo a los niños, así como también amo a los jóvenes. Orad por la juventud de esta ciudad y por la juventud de todo el mundo.
Dad gracias a Dios nuestro Señor por todas las gracias que habéis recibido, pues os aseguro que mi presencia aquí es una gran gracia que aún no habéis aprendido a apreciar. Difundid mis mensajes y mis súplicas entre mis hijos, pues quiero a todos bajo mi manto.
Vengo con mi Hijo Jesús, junto con San Miguel Arcángel y mis Ángeles, para orar con vosotros y recibir vuestras oraciones. Orad siempre por la protección de San Miguel Arcángel, para que os defienda de los ataques de Satanás. Os bendigo a todos aquí en este momento y derramo mis gracias sobre cada uno de vosotros. Mi Hijo Jesús está muy contento con vuestras oraciones. Seguid orando. Gracias, gracias. Os bendigo: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Orad mañana en la Iglesia, ante el Santísimo Sacramento, pues mi Hijo Jesús desea concederos grandes gracias.
Jesús me dio el siguiente mensaje:
Hijitos, os bendigo y os protejo. Soy vuestro Señor y vuestro Dios. Os tengo siempre dentro de este Sagrado Corazón mío. Amo a mi Madre, así que amadla también vosotros. Obedeced a mi Madre. Las gracias que me pedís os las concedo a través de las manos de mi Madre. Rezad el Rosario en honor de mi Madre, que es vuestra Madre. Os amo y os bendigo: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Orad mañana en la Iglesia.
Jesús entregó gracias en las manos de Nuestra Señora. Todo lo que le pedimos se nos entregará a través de las manos de la Virgen María. Ninguna gracia deja de pasar por sus manos antes de llegar a nosotros, pues ella es la Llena de Gracia y la Mediadora. Los que piensen lo contrario están equivocados. La presencia de Nuestra Señora en el mundo, a través de sus apariciones, es una gran gracia y un gran regalo que Dios concede a todos los hombres. ¡Desdichado será el que rechace esta gran gracia y no sepa acogerla con amor y fe!
Orígenes:
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