domingo, 23 de abril de 1995

Mensaje de Nuestro Señor a María do Carmo

Mi madre estaba en Itapiranga con mi padre. Era la Fiesta de la Divina Misericordia. Mi madre vio a Jesús en el cielo de Itapiranga, frente a la casa, muy luminoso, esparciendo rayos sobre Itapiranga y sobre todo el mundo. Jesús le dijo:

Es desde aquí, en la ciudad de Itapiranga, que estoy derramando mi misericordia sobre todo el mundo. ¡Ay de aquel que prohíba a mis pequeños rezar! ¡Ay de aquel que enseñe a mis pequeños lo incorrecto, si alguna vez se reconciliarán conmigo!

Luego, señalando con el dedo a la cruz que se encuentra en el Monte, cerca de la capilla, dijo:

Es allí, en la Santa Cruz, donde toda la gente debe dar gracias y pedir. ¡No negaré nada a nadie! Rezen el rosario y también el rosario de la misericordia. No es solo para ustedes, es para toda la gente, lo que sea que les diga.

Mi madre dijo que esta aparición fue muy hermosa. Nunca había visto a Jesús tan hermoso e iluminado. El río, los árboles y todas las casas estaban iluminados por los rayos que salían de Jesús.