domingo, 26 de noviembre de 1995

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Maria do Carmo

Mi madre y mi padre iban a viajar a Itapiranga alrededor de las 06:00h del domingo. Nuestra Señora despertó a mi madre a las 04:00h para decirle este mensaje. Ese día era el día de la primera comunión de los niños de mi clase de catequesis aquí en la parroquia. Mi madre se despertó porque Nuestra Señora estaba cantando, era el himno "Dadnos la bendición". Su voz resonaba por toda la habitación. Nuestra Señora dijo:

No viajen hoy. Hoy es el día del Señor. Hoy es el día para quedarse en casa o en la iglesia para agradecer al Señor por todo lo que ya ha sucedido en su vida: por la semana, por su día, por su trabajo, por su familia, por su vida, y todo a Jesús, porque él es su Todo.

De ahora en adelante, no quiero que nadie fume más en esta casa. Obedezcan, mis hijos. Obedezcan, mis hijitos. Todavía tengo muchas cosas que decirles. Han sido elegidos para dar un buen ejemplo. Si no obedecen, sufrirán grandes pruebas.

Dios no castiga, pero da la prueba. Oren y canten al Espíritu Santo. Las madres deben orar mucho más pidiendo al Espíritu Santo que ilumine a sus hijos. Acompañen a mi hijo Edson. Hoy en la Iglesia es un día muy especial para sus alumnos de catequesis, porque hoy recibirán a mi Hijo Jesús por primera vez en su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.

Díganle a mi hijo Edson que rece un Ave María, pidiendo la iluminación del Espíritu Santo para todos los niños, para que se llenen de Amor Divino. Que ore al Espíritu Santo diciendo tres veces:

Señor, derrama tu Espíritu, derrama tu luz.

Esto debe ser antes de la comunión.

Nuestra Señora comenzó a cantar el himno "Con mi madre voy a ser" y luego mi madre dijo que la voz de la Virgen comenzó a desvanecerse en la distancia.