jueves, 2 de mayo de 1996

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

Han pasado dos años desde la primera aparición de la Virgen en la casa. Mucha gente venía a la oración del rosario para pedir a la Madre de Dios gracias para ellos y sus familias, así como para agradecer los favores recibidos. En este día, Nuestra Señora me comunicó el siguiente mensaje:

¡La paz esté con ustedes!

Queridos hijos, Yo soy la Virgen del Santo Rosario y su querida Madre Celestial. Gracias, muchas gracias por sus oraciones. Hoy derramo sobre todos ustedes incontables gracias de mi Inmaculado Corazón.

Jesús me envía aquí porque Él los ama mucho. Oren mucho, mucho, mucho. Estoy aquí porque quiero ayudarlos. Muchas gracias por su presencia aquí en este encuentro con los hermanos. Oren, oren, oren. El mundo necesita muchas oraciones.

Hijos míos, hoy estoy muy feliz, pero mi Corazón sufre por todos aquellos que están distantes de mi Hijo Jesús. Oren, oren el Santo Rosario. Hijos míos, deseo invitarlos a la conversión. Oren más, pequeños. Mi venida aquí en Amazonas es por una razón muy seria. Hoy es nuestra fiesta: la fiesta de su Madre Celestial y de su Hijo Jesús con todos ustedes. ¡Cuántas gracias derramo sobre todos ustedes aquí.

Pequeños míos, conságranse siempre a mi Inmaculado Corazón. Mi Inmaculado Corazón es su refugio de protección. A todos ustedes que están aquí en este lugar dirijo mi maternal llamado: conviértanse. Conviértanse ahora. Han pasado dos años y mucho puede venir si todos cooperan con mi plan de conversión. Gracias. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén. ¡Nos vemos pronto!

Antes de irse, la Santísima Madre dijo las siguientes palabras:

Esta bendición es para todos mis hijos enfermos que están experimentando dificultades, muchas tribulaciones y problemas: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén. No se desanimen, pues Yo siempre estoy de su lado. ¡Volveré pronto!