domingo, 29 de septiembre de 1996

¡La paz esté con ustedes!

Mis queridos hijos, Yo como su Madre vengo en esta hermosa noche para derramar sobre ustedes Mi amor y el amor de Mi Divino Hijo Jesús Cristo. Queridos hijos, los amo con un amor eterno. Soy su Madre amorosa. Les concedo Mis gracias celestiales, para que cada uno de ustedes pueda comprender la importancia y el valor de Mis santos mensajes.

Queridos hijos, paz, paz, paz. Oren el Santo Rosario por la paz en el mundo y por el fin de la guerra. Los pecados del mundo ofenden mucho a Mi Señor y amado Hijo Jesús Cristo. Hagan una barrera de oración para reparar los terribles pecados que se están cometiendo en todo el mundo hoy en día.

Queridos jóvenes, sean fieles a Mi Hijo Jesús. Jesús los ama mucho y no desea verlos arrojados al lodazal del pecado. Oren pidiendo al Espíritu Santo que los fortalezca con Su gracia para que puedan resistir las tentaciones del diablo. Soy su Madre, Mis queridos hijos, y deseo mantenerlos en Mi manto protector.

Hijos, oren por Mi Iglesia, por Mis sacerdotes, por Mis pequeñas hijas religiosas. Los quiero en Mi Inmaculado Corazón. Para estos hijos, el Corazón de su Madre está totalmente abierto para acogerlos siempre.

Mis amados, Mis mensajes secretos y revelaciones, que aún deben ser revelados a ustedes, deben tener una señal de respeto. Mis mensajes no son una broma. Lo que Yo digo debe tomarse en serio. Los hombres ya no se preocupan por Dios, y si continúan en este camino, pueden perderse en el camino de la oscuridad.

Mi Inmaculado Corazón debe ser redimido. Estoy buscando almas para consolar Mi Corazón maternal, tan ofendido e indignado.

Mis hijos, no desprecien tales gracias sagradas. Vengan a Mi Inmaculado Corazón y encontrarán a Mi Hijo Jesús Cristo. Les doy Mi bendición, una bendición de Madre, para que puedan llevar Mi amor a sus hermanos. Los bendigo: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén. ¡Nos vemos pronto!

Nuestra Señora, dirigiéndose a Mí, Me comunicó lo siguiente:

Itapiranga seguirá siendo una ciudad santa, un faro de luz que ilumina a todos Mis pequeños que están lejos del Señor, Mi Dios y su Dios. Oren por Mis intenciones. No Me pregunten cómo será esto y cuándo ocurrirá, sino oren, oren, oren!

Mañana los Santos Ángeles y Arcángeles se reunirán conmigo y con Mi Divino Hijo Jesús para marcarlos con el signo de los hijos de Dios. Oren mañana.