martes, 29 de octubre de 1996

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Belém, PA, Brasil

¡La paz esté contigo!

Te invito a rezar mucho esta noche por Brasil. Reza, reza, reza y cambia tu vida. Mi Señor desea concederte grandes gracias, pero colócate en sus manos para que pueda derramar sus bendiciones sobre cada uno de ustedes.

Soy tu Madre Celestial y deseo invitarte a rezar el Santo Rosario todos los días. Ten más amor por mi Hijo Jesús y vive los Santos Mandamientos de la Ley de Dios. Me dirijo a todos mis hijos a lo largo del mundo: regresa al Señor por el camino de la conversión, el sacrificio y la penitencia.

Te doy la bienvenida a todos en mi Inmaculado Corazón. Los amo y deseo compartir el Amor de tu Madre con todos ustedes. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén! ¡Hasta pronto!

Nuestra Señora viene a guiarnos porque Ella es Madre. Solo los sencillos y

los pequeños sabrán cómo entender este amor maternal suyo. Nuestra Señora y Dios no son complicados. Somos nosotros quienes creamos las complicaciones y nos alejamos de su amor. Los hombres pecan, pecan, y como así se ven arrojados al pecado y tienen corazones endurecidos, no pueden entender estos Mensajes Celestiales de Jesús y María. Si queremos entenderlos debemos primero dejar a un lado nuestra vida de pecado.