domingo, 8 de diciembre de 1996

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber - Fiesta de la Inmaculada Concepción

¡La paz esté con ustedes!

Mis queridos hijos, Yo soy la Inmaculada Concepción, la Madre de Dios y su Madre. Oren, oren, oren mi rosario todos los días por la conversión de sus hermanos. Los amo con todo mi corazón. Agradezcan al Señor por permitirme quedarme un poco más para transmitir sus santos mensajes a ustedes. Sí, mis hijos, les digo sus santos mensajes porque todo lo que les hablo viene de la voluntad de mi Hijo Jesús. Quiero decirles que los tiempos son graves.

Las familias están siendo destruidas por falta de oración común, de unión con padres e hijos. Quiero exhortarlos a refugiarse en mi Inmaculado Corazón para que puedan ser protegidos de esta manera contra todos los males y peligros que el enemigo les lanza a cada momento.

Yo soy la Virgen Pura. Amen sus hijos a Jesús. Él lo es todo para ustedes. Les digo, mis queridos hijos, que toda mi vida pertenece a mi Señor porque he dicho un sí sin reserva, sin pregunta. Deben decir un sí confiado al Señor para que pueda transformar sus corazones en verdaderas luces para este mundo que está en tinieblas. Lleven la paz de Jesús a toda la humanidad. Ustedes son mis apóstoles: amados apóstoles de la Madre Celestial.

Hijos, ¿por qué aún no quieren escucharme? Los amo hijos, los amo con todo mi corazón. Prepárense hijos, prepárense: confesando, ayunando y comulgando, para que puedan estar libres del pecado, el pecado que conduce a la muerte. Mis hijos, el pecado ofende mucho a mi Señor. Inviten a sus hermanos y hermanas a reconciliarse con Dios esta próxima Navidad. Su madre tiene diseños de misericordia sobre todos ustedes.

Oh Itapiranga, ¡despierten! Aún no han sabido comprender la gran gracia que les he concedido con mi presencia maternal en medio de ustedes. Conviértanse. Conviértanse. Conviértanse... Deseo, mis hijos, guiarlos por el camino de la santidad. Dejen que su madre los guíe y los conduzca a Jesús. Él los ama. Él es tan amoroso.

Hijos, Jesús derrama sobre ustedes y sus familias Su amor, Su paz, y les da Su bendición. Yo soy la Reina de la Paz y deseo bendecirlos a todos. Gracias por su respuesta a mis llamados. *Itapiranga está unido a mi Inmaculado Corazón como está unido con todos los demás lugares donde he aparecido y continúo apareciendo hoy. Itapiranga es otra fuente de gracias que les concedo a todo el mundo.

Aquí en Itapiranga aparecí como la Reina de la Paz para advertirles que el mundo necesita mucha paz últimamente. Me he presentado como la Reina del Rosario y la Reina de la Paz, porque quiero mostrarles que Itapiranga está unido con mis revelaciones dadas en Fátima y también con mis últimas revelaciones concedidas por mí en Medjugorje, donde estoy apareciendo desde hace mucho tiempo. Quiero mostrarles que mi mensaje dado aquí es el mismo que el dado allí. Gracias por su amor. Agradezcan al Señor quien los ha elegido de una manera tan hermosa para que todos ustedes sean los heraldo de su reino de paz. A todos los reunidos aquí les digo: los amo, los amo, los amo. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén. ¡Nos vemos pronto!

(*) Cada lugar donde ha aparecido Nuestra Señora es para ella y para Dios un solo lugar. Ocurre una unión entre ellos todos, así como cada altar en cada Iglesia donde se celebra la Eucaristía se convierte en uno a los ojos del Padre, unido en su esencia santa. En los lugares donde Nuestra Señora aparece Dios nos concede gracias especiales. Muchas personas no entienden esto. Muchos me dijeron que solo irían a Itapiranga cuando la Iglesia aprobara estas apariciones. Que nunca pondrían un pie allí hasta que esto sucediera. ¡Almas pobres! Cuantas gracias están perdiendo hasta entonces. Sé que estas apariciones serán aprobadas algún día, porque Nuestra Señora nunca miente, y todo lo que hace tiene la firma de Dios, y si Dios es el Creador de todas las cosas, iluminará a su Santa Iglesia para que haga lo mismo.