domingo, 8 de marzo de 1998

Mensaje de San José a Edson Glauber

Octavo Mensaje de San José

San José estaba con una túnica marrón oscuro y un manto marrón claro, rodeado por 12 ángeles con alas grandes.

Hijo amado mío, mi Corazón exulta de alegría por estos encuentros, pues deseo derramar las gracias que el Señor me permite otorgar. Quiero, a través de mi Corazón, conducir a todos los hombres a Dios. Aquí, en mi Corazón, todos los hombres estarán protegidos, y a través de él, comprenderán el amor de Dios en sus vidas.

Hijo mío, todos aquellos que propaguen la devoción a mi Corazón y la practiquen con amor y con sus corazones, asegúrense de que sus nombres estén grabados en él, tal como la cruz de mi Hijo Jesús y la "M" de María están grabadas en forma de heridas. Esto también es cierto para todos los sacerdotes que amo con predilección. Los sacerdotes que tengan devoción a mi Corazón y la difundan, recibirán la gracia concedida por Dios para tocar los corazones más endurecidos y convertir a los pecadores más obstinados.

Que todos difundan la devoción a mi Corazón, pues es Dios mismo quien lo pide. A todos los que escuchen este llamamiento mío, mi bendición.

Particular al confidente: Debes difundir esta devoción entre todos los hombres, hijo mío, pues has sido designado por Dios para ser el apóstol de mi Corazón. ¡Diles a todos sobre mi amor! Más adelante vendré a contarte otras cosas que serán muy importantes para la salvación de muchas almas. Dios te ha confiado una gran misión. Confía en mí y sabrás cómo llevarla a cabo verdaderamente. Ahora te bendigo: en nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. ¡Nos vemos pronto!