lunes, 29 de septiembre de 2003

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Malga Vallazza, TN, Italia

Nuestra Señora

¡La paz esté con vosotros!

Queridos hijos, soy la Reina del Cielo y de la Tierra, Reina de todos los Ángeles y Santos del Cielo. Hoy vengo del Cielo para bendeciros y para acogeros en mi Inmaculado Corazón. Hoy estáis recibiendo muchas gracias de mi Hijo Jesús, que está vívidamente presente con su divina presencia en la Eucaristía. Adoradle y seréis capaces de abriros a la gracia divina cada día, y seréis transformados.

Mi Hijo Jesús me envía aquí para dar un importante mensaje al mundo: convertíos sin demora, cambiad vuestras vidas, basta ya de tantos pecados y tantas ofensas al Señor. El mundo va mal y se dirige a la autodestrucción. Este es el momento en que debéis decidir por Dios, por el reino de los cielos, o por Satanás y su reino de tinieblas. ¿A quién queréis servir, hijos míos? Renunciad a todo pecado, para que el diablo no tenga poder sobre vosotros y vuestras familias, y para que Dios y su amor siempre prevalezcan.

Hijitos, os quiero mucho y quiero ayudaros. Convertíos ahora. Convertíos ahora. Leed por el reino de los cielos, queda poco tiempo para la liberación definitiva de vosotros y del mundo de todo mal.

Dios me envía, Su Bendita Madre, para prepararos para la gran batalla final contra todo mal.

Aquel que sea fiel y permanezca firme en su camino de conversión recibirá la recompensa de mi Hijo Jesús, la corona de gloria, la vida eterna.

Sed vosotros los que llevéis la luz de Dios a todos vuestros hermanos y hermanas. Sed valientes. No os desaniméis. Estoy aquí con San Miguel, San Gabriel y San Rafael para defenderos contra todo mal y peligro.

Paz, paz, paz. Rezad por la paz, rezad por el mundo, rezad por la Iglesia y por las familias. Dios desea bendecir cada vez más a toda la humanidad. Si el mundo, todos mis hijitos, escucháis pronto mis súplicas maternales, Satanás será destruido. Ya estáis en los tiempos de las grandes transformaciones en el mundo, y el Señor Dios ya está marcando a Sus elegidos, a aquellos que son obedientes a la voz del Cielo.

No perdáis el tiempo. Preparáos. Intercederé ante mi Hijo Jesús por vosotros y vuestras familias. Os agradezco vuestra presencia, vuestras oraciones y vuestro amor filial.

A todos mi bendición maternal y mi invitación hoy: rezad el rosario siempre y el mundo encontrará la paz. Os bendigo a todos: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!