Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡La paz esté con vosotros!

Queridos hijos, no pequéis más. Cuando cometéis pecados, amargáis el Corazón de mi Hijo, hiriendo mi Inmaculado Corazón. ¿Por qué aún no os habéis decidido a seguir el camino de conversión que os muestro? Vivid mis mensajes. No solo habléis de ellos, sino vividlos, para que podáis recibir las gracias de Dios. Estoy muy preocupada por la situación actual en el mundo. Muchos de mis hijos están siendo cegados por el diablo y ya no se preocupan por Dios. Orad, hijitos, para que todos vuestros hermanos y hermanas alejados regresen a la gracia de Dios. Sed los primeros en dar testimonio del amor de Dios a vuestros hermanos para que se conviertan. Estoy con vosotros y os bendigo con mi bendición maternal: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. ¡Amén!

Antes de irse, la Virgen me dijo, con lágrimas en los ojos:

Mis lágrimas como Madre son por una sola razón: vuestra felicidad y salvación. Cada lágrima mía derramada es una gracia salvadora para un alma, pues mi Hijo, a través de mis lágrimas maternales, me concede todo y lo que quiero es la salvación de todos mis hijos.