Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil
sábado, 6 de octubre de 2012
Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡Paz, mis queridos hijos!
¿Aman a mi Hijo Jesús, mis hijos? Dejen de pecar. Abandonen las adicciones y las cosas malas. Sean de Dios verdaderamente y con el corazón.
Que los sacerdotes sean sacerdotes santos del Señor, dando un ejemplo de fe, oración y vida santa a los fieles. Que los fieles sean obedientes a la Iglesia, a los Obispos y a los sacerdotes que verdaderamente hacen la voluntad de Dios y que obedecen al Papa. Que todos mis hijos en todo el mundo recen mi rosario a diario para evitar las calamidades que están a punto de caer sobre el mundo debido a los innumerables y horribles pecados que no se reparan como yo les he pedido que hagan.
¡Oren, oren mucho, mis hijos! Oren para pertenecer al Reino del Cielo, oren para tener la fuerza para vencer al diablo, al mundo y a la carne. Oren para que sus corazones pertenezcan totalmente al Señor.
He venido del cielo para concederles grandes gracias. Vine a la Amazonía para llamar a mis hijos a Dios. Vayan a la Iglesia. Busquen a los sacerdotes para confesar sus pecados. Pidan perdón por sus pecados, mis hijos. Este es el primer paso que deben dar hacia el Reino del Cielo: reconocer sus errores y reconciliarse primero con Dios y luego con sus hermanos.
Los amo y los acojo bajo mi manto más sagrado, abriendo mi Inmaculado Corazón para darles mi amor.
Regresen a sus hogares con la paz de Dios. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!
Durante la aparición, primero vi a la Santísima Virgen. Vestía una capa y túnica blancas. Abrió su manto haciendo aparecer su radiante Inmaculado Corazón en el cielo del pecho, brillando como un cristal. Rezó los Padres Nuestros y las Glorias por la paz, pidiéndonos que intercedamos por los pueblos en guerras y conflictos. Con dulces palabras, llenas de amor y dolor, dijo, Oren por la paz para el pueblo de Siria!... Estas palabras entraron en mi corazón y me hicieron tener fuertes deseos de interceder por la paz, de luchar por la paz, de hacer que la paz suceda dentro de nuestros hogares y entre nosotros, si no llegaremos a lo que está sucediendo al pueblo de Siria, que están pasando por grandes conflictos, muertes y violencia.
Podemos detener la acción del mal, pero tenemos que tener el rosario en la mano y rezarlo con fe y amor. No podemos jugar a la oración, sino que debemos vivir la oración del corazón en nuestras vidas, orar con amor y fe, para que podamos obtener grandes milagros de conversión para el mundo, así como el don de la paz.
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